Por José Emilio Pacheco (1939-2014) (**)
Hijo de una familia venida a menos, James Joyce estudió con los jesuitas de su natal Dublín. A los dieciséis años rechazó el catolicismo y optó por una rebelión literaria que sólo podía cumplirse con tres armas: “silencio, exilio y astucia”. En 1904 conoció a Nora Barnacle, camarera de un hotel, y se fue a vivir con ella a Trieste. Ahí se sostuvo como profesor de idiomas en la escuela Berlitz. Cuando ya estaba impreso ‘Dublineses’ el dueño de la imprenta quemó el libro por inmoral. Cuarenta editores lo rechazaron antes de que se publicara en Londres en 1914.
Joyce escribió un conjunto de poemas, ‘Música de cámara’; un drama
ibseniano, ‘Exiliados’, y una autobiografía novelesca, ‘Retrato del artista adolescente’,
como preparación de ‘Ulises’, su obra capital. Gracias al mecenazgo de Harriet
Shaw Weaver, vivió en París íntegramente dedicado a sus libros. Ezra Pound lo
ayudó a publicar capítulos de ‘Ulises’ en revistas que enfrentaron cargos de
obscenidad. Al fin, en 1922, lo imprimió completo Sylvia Beach, dueña de la
librería parisiense Shakespeare & Company. La novela estuvo prohibida hasta
1933.
Durante diecisiete años Joyce, con enormes dificultades a causa del
glaucoma que ensombreció su vista, trabajó en ‘Finnegan’s Wake’ (El velorio de
Finnegan), poema en prosa antinarrativa sobre las ensoñaciones de un dublinense
que resume los sueños de la humanidad, e intraducible juego políglota. Al
entrar los nazis en París, se refugió en Zurich, donde murió a consecuencia de
una operación.
‘Ulises’ narra los hechos un día (el 16 de junio de 1904, cuando Joyce
encontró a Nora) en las vidas de Leopold Bloom, su esposa Molly y Stephen
Dedalus protagonista del ‘Retrato del artista adolescente’ y de su borrador, ‘Stephen
el héroe’ (1944). Es minuciosamente fiel a los detalles concretos (no se
hubiera escrito sin el naturalismo de Zolá), pero en otro nivel simbólico se
vuelve la representación alegórica del paso de cada uno de nosotros por la
tierra. Todo episodio corresponde a un pasaje de la ‘Odisea’ y muestra una
diversidad de géneros y estilos paródicos. El genio verbal de un hombre que por
su mala vista escuchaba más que veía el mundo, la absoluta seriedad y el mayor
rigor están al servicio de una epopeya cómica, por ello mismo intensamente
trágica.
‘Dublineses’ representa una mirada previa a ‘Ulises’ sobre lo que Joyce
deja atrás como persona, aunque nunca abandonará como escritor. Son quince
cuentos interrelacionados que forman un todo, una parábola del destino humano
desde la infancia hasta la muerte. No hay tragedia, sólo degradación,
indiferencia, egoísmo, crueldad. Joyce rechaza su propio mundo y se despide de
Dublín en un libro que no es tarea de aprendizaje sino una obra maestra a la
altura de sus logros mayores.
...
Nota: Al comenzar la década de los ochenta, la editorial Promexa, dirigida
por René Solís, acometió la empresa de ofrecer semanalmente en Aurrera
magníficas obras literarias a precios bajos y con tirajes de hasta veinticinco
mil ejemplares. José Emilio Pacheco colaboró en varios de estos volúmenes,
redactando —con admirable don de síntesis y hondura literaria e histórica— las
notas introductorias y las fichas biográficas de los autores. El texto dedicado
a Joyce se encuentra en el tomo II de literatura inglesa de “Gran Colección de
Literatura Universal”, editado en 1982 por Promexa y Gallimard.
Texto de 1982
Copiado de la página de Facebook “José Emilio Pacheco: textos a la deriva”
(*) Titulo del administrador de esta página (Facebook). El original es “James Joyce
(1882-1941)”.
En la foto: Sylvia Beach y Joyce en la entrada de la librería Shakespeare
& Company.
(**) José Emilio Pacheco Berny (Ciudad de México, 30 de junio de 1939- Ciudad de
México, 26 de enero de 2014) fue un destacado escritor mexicano que publicó
poesía, crónica, novela, cuento, ensayo, crítica literaria y traducción.
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