jueves, 5 de noviembre de 2020

CLEMENTINA SUÁREZ (1902-1991)


Poeta hondureña

Clementina Suárez (12 de mayo de 1902 - 1991) fue una escritora hondureña que rompió las normas sociales. Fue la primera mujer en publicar un libro de poesía en Honduras y ahora está considerada como su más prominente poeta femenina.

Suárez era una bohemia a la que le encantaba frecuentar cafés. Desde pequeña se acostumbró a conseguir lo que quisiera y a hacer lo que le apeteciera. No le molestaba ser la única mujer que frecuentaba el estanco "Mamá llaca" en el barrio La Ronda de Tegucigalpa.

Fue una mujer que adoraba la compañía de las personas en todas las formas, le encantaba estar rodeada de talentos, energía e ideas. De hecho, la educación de Clementina era la gente. Clementina fue llamada la "Mujer Nueva" en Honduras.

SU OBRA

“Corazón sangrante”, Tegucigalpa (1930); “De mis sábados el último”, México (1931); “Los templos de fuego”, México (1931); “Engranajes, poemitas en prosa y verso”, Costa Rica (1935); “Veleros, 38 poemas”, La Habana, Cuba (1937); “De la desilusión a la esperanza”, Tegucigalpa (1944); “Creciendo con la hierba”, El Salvador (1957); “Canto a la encontrada patria y su héroe”, Tegucigalpa (1958); “El poeta y sus señales, antología”, Tegucigalpa (1969); “Clementina Suárez: selección de críticas, comentarios, pinturas y dibujos”, Tegucigalpa (1969); “Con mis versos saludo a las generaciones futuras”, Tegucigalpa (1988).

En el año de 1970 ganó el Premio Nacional de Literatura “Ramón Rosa”.

Fundó las revistas Mujer y Prisma (en Honduras); Engranajes (ésta última en Costa Rica).

FRAGMENTOS DE LA ENTREVISTA QUE LE HICIERA EL POETA RAMÓN SOSA

“La poesía es la única auténtica expresión de todo mi ser. Además me ha servido para revelarme, para dar mi limpio testimonio de la época que estoy viviendo para tener un mundo interior que constituya mi mayor fortaleza”.

“Hay un mundo aparte en el que se ahoga toda vocación cuando la tiene. La literatura como vocación es disciplina, renunciamiento a muchas cosas y sobre todo a las comodidades. No es una carrera que se pueda tomar como distracción”.

“Cada día el poeta encuentra nuevas formas de expresión. Pero el lenguaje poético de nada sirve si no se tiene qué decir”.

“La poesía es una magia que puede huir si no se utiliza, creo que mi poesía se ha humanizado cada día más y siento como propio el drama de mi pueblo, de los pueblos”.

ALGUNOS DE SUS POEMAS

COMBATE

Yo soy un poeta,

un ejército de poetas.

Y hoy quiero escribir un poema,

un poema silbatos

un poema fusiles.

Para pegarlos en las puertas,

en las celdas de las prisiones

en los muros de las escuelas.

Hoy quiero construir y destruir,

levantar en andamios la esperanza.

Despertar al niño,

arcángel de las espadas,

ser relámpago, trueno,

con estatura de héroe

para talar, arrasar,

las podridas raíces de mi pueblo.

CON MIS VERSOS SALUDO A LAS GENERACIONES FUTURAS

 Sola,

por dejar un camino

y amojonar otros caminos,

con terrones de pueblo construí mi país.

Detrás de mí quizá quedarán muchas lágrimas vertidas

pero con ellas fue que alimenté la esperanza.

Las puertas

para mí estuvieron herméticamente cerradas

pero la sabiduría de mi dolor supo andar y andar

hasta encontrar el auténtico sendero.

Cuesta vislumbrar la verdad

y el camino recto de la justicia.

Ahora,

a cualquier lugar que llegue

ya nunca puedo estar sola,

porque no comienzo en la sangre de mis descendientes

sino que termino en ella.

 Que lejana la soledad de mi Patria y mi sangre!

hoy mi pequeñísimo cuerpo empuja las estrellas

y con mis versos saludo a las generaciones futuras.

DE MÍ NACISTE, HIJA

De mí naciste, hija.

Yo misma vuelta a nacer!

Canción de cuna en mis labios

porvenir en otra esquina.

Paralelas las de tus ojos

donde se asoma la dicha.

Fuiste tú la que naciste,

o fue todo un mundo, hija?

Mi entraña gestó el mañana

que está pidiendo justicia.

Mas sólo tu boca nueva

sabrá decir la palabra.

Yo aunque lo quise, hija,

en mí estaba el pasado.

Pero todo mi cuerpo fue

tierra, tierra propicia

Para que tú nacieras, hija!

Tú que serás el mañana.

REBELDÍA

No he venido al mundo

para llorar. No es con lágrimas

que se obtiene la alta dimensión del hombre.

No es a que me maltraten

ni a que me humillen.

No me arredra la lucha

por más encarnizada que ella sea.

Afianzada tengo el alma

a un rojo encendido de fuerza

que puede maldecir

pero jamás humillarse.

No importa que pretendan negar

la luz de mi destino,

que rompan despiadadamente

el encaje del sueño,

que destruyan el azogue de mi espejo,

que me sumerjan en la noche sin adioses,

que con saña me nieguen el pan, la sal y el agua.

No esperen que por ello me doble dócilmente,

aunque la carne sea siempre la carne

mis entrañas ya casi son de acero.

Mas lo que así pretendan

que por mí no teman

que haría falta para ello desconocer

que yo aprendí a cantar con las palabras justas.

Y que he encontrado la verdad en la médula de mis huesos

y que por eso marcho a espaldas de la aurora

como si ella misma naciera en mi costado.

Ignoran acaso que en el recinto de mi pecho

he dejado entrar el universo

y que tengo como cumplido deber gozoso

amar la justicia, la lucha, la esperanza

y afianzare a ellas

con mi corazón, mi canto

y la vida misma.

Y que por ello en todo tiempo

para mi sueño es la primavera,

la tierra toda florece

y adelante para mí su simiente milagrosa.

Sin negarme jamás a sangrar,

hasta dejar como caños vacíos las venas,

dislocarme de espanto en horas tormentosas,

rodar como un animal herido,

saborear mi saliva como si fuera una fruta,

tocar sonámbula mi propio esqueleto,

acariciarme yo misma

a fuerza de sentirme tan desgraciada.

Pero eso no será nunca estar vencida

ni naufragada en ningún planeta.

Será acaso como estar momentáneamente cansada

de un largo viaje...

para empezar el nuevo día con más violencia.

Pues hay que saber que cuando el pecho casi estalla,

el dolor es su única defensa.

Además qué triste sería ser invencibles

únicamente por el miedo a sufrir.

Mi pecho abierto a los cuatro costados

se viste, se desviste, anda y desanda los caminos

y jamás se protege del desamparo.

Él sabe que sería risible disfrazarse con máscaras,

que solo hay una forma segura de ganar el combate

y es entrar en él con el cuerpo descubierto

pero con plena decisión de pelear

hasta ganar o perder.

Que vivir es seguir viviendo,

buscarse minuto a minuto,

hasta encontrar la voz servidora

que nos permita dar el mensaje

de lo verdaderamente eterno.

Yo sé que atrás se quedará mi rostro

pero que mi voz estará siempre en el alba,

que no hay tumba para la férvida palabra

y mucho menos para el canto que va de boca en boca.

Que este es un frágil milagro de inescrutables designios,

una belleza que se acrecienta cada primavera

y una eternidad que se levanta del mismo cadáver

para no morir nunca.

(Suárez, 1969, p. 23)

BIOGRAFÍA

Biografía de Clementina Suárez, Wikipedia

La poesía de Clementina Suárez, ensayo de Carmen Cruz

Tarde Croaste

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