domingo, 30 de abril de 2023

MATAR A UN RUISEÑOR

El Club de la Lectura
Por Paty Rogel

Hablemos hoy de la novela de la escritora estadounidense Harper Lee «Matar a un ruiseñor».

Publicada en 1960, «Matar a un ruiseñor» es una obra sureña escrita a mitad del siglo pasado, pero tan vigente como si se hubiese publicado recién. Pasaron los años y a Harper Lee no le hizo falta ningún otro texto para pasar a la posteridad.

«Matar a un ruiseñor» es una obra de la que se habla mucho por parte de personas que han leído la obra, pero generalmente por otros que sólo recuerdan, muy vagamente, el argumento de la película. Es por eso por lo que leer este clásico resultará más emocionante que la película que ya por su parte tuvo gran éxito.

         «Para poder vivir con otras personas tengo que poder vivir conmigo mismo».

En el sureño pueblo de Maycomb vive un prestigioso abogado, Atticus Finch, viudo, con sus dos hijos, Scout, la pequeña niña narradora de la trama, y el ya pronto adolescente Jem. Y junto a ellos Calpurnia, una criada negra que suple a la fallecida madre a la hora de darles una justa educación. Los problemas de los niños son los típicos en cualquier pequeño pueblo sureño en los años 30. Al encomendarle a Atticus la defensa de un chico negro, acusado de haber violado a una joven blanca, hija de una familia poco estimada en el pueblo, todo pega un giro imprevisto, y los chicos, a raíz de los acontecimientos, dejarán a un lado su infancia.

         «La única cosa que no se rige por la regla de la mayoría es la conciencia de uno».

Tres años transcurren durante la trama de esta espléndida novela que, al poco de comenzar a leerla, ya ha conseguido meternos dentro de ella. Una obra en la que se nos habla de la pérdida de la inocencia, de la creación de valores para poder transitar por la vida, de cuestiones de castas en la América profunda y las consiguientes injusticias por cuestiones de racismo y prejuicios, de la presunción de inocencia y de la labor de los abogados en la justicia, entre muchas otras cosas más.

         «Uno es valiente cuando, sabiendo que la batalla está perdida de antemano, lo intenta a pesar de todo y lucha hasta el final pase lo que pase».

«Matar a un ruiseñor» es una obra emotiva, sensible, podría tildarse de novela sureña con tintes góticos, ya que en la trama tiene bastante peso la historia de un huraño vecino que nunca sale a la calle y que guarda celosamente su intimidad en una desvencijada casa, pero también es una novela de aventuras juveniles, que le dan ese toque fresco y divertido, sin quitar el dedo del renglón en el tema de la segregación racial. Pero, sobre todo, es una impresionante novela de iniciación, de esos años en los que la infancia se nos escapa de las manos y entramos en los años en los que los cuentos pasan a ser historias reales.

         «Lo único que hacen los ruiseñores es música para que la disfrutemos. No se comen  nada de los jardines, no hacen nidos en los graneros, lo único que hacen es cantar para               nosotros. Es por eso que es un pecado matar a un ruiseñor».

«Matar a un ruiseñor», es una obra que guarda bastante consonancia con El arpa de hierba, del también escritor estadounidense Truman Capote, con quien Harper Lee mantuvo una franca y sincera amistad
Una de las principales enseñanzas que nos deja la obra, es la de aprender a aceptar a aquellos que son diferentes. Su premisa: ¿defenderías lo que crees justo a pesar de que te expongas al odio de una sociedad? Tal y como nos lo demostró Atticus con Tom Robinson, un hombre blanco que siempre se mantuvo firme para defender a su cliente, sin importar la presión social o que tuviera que jugarse la vida.

         «Nunca llegarás a entender realmente a una persona hasta que consideres las cosas desde su punto de vista… Hasta que te metas en su piel y camines con ella».

Tomado de El Club de la Lectura, grupo de Facebook, del que Paty Rogel es la administradora.



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