sábado, 24 de junio de 2023

LOS VERSOS SATÁNICOS

El Club de la Lectura
Por Paty Rogel

Hablemos hoy de la novela «Los versos satánicos» considerado como uno de los libros más polémicos de la historia y obra cumbre junto con “Hijos de la medianoche” del escritor británico de origen hindú Salman Rushdie.

Publicada en 1988, «Los versos satánicos» tiene como protagonistas a dos personajes hindús: Gibreel Farishta, el actor más famoso de Bollywood, y Saladin Chamcha, conocido como el Hombre de las Mil Voces por su capacidad para el doblaje y amante de la cultura británica por encima de todas las cosas. Ambos personajes se conocen a bordo del vuelo Bostan 706, el cual explota sobre el Canal de la Mancha a causa de un atentado terrorista.

Durante la caída, Gibreel comienza a sufrir alucinaciones que lo conectan en tiempo y espacio con otros escenarios y personajes, en concreto, la antigua ciudad de La Meca (llamada aquí Jahilia), una zona al norte de la India que inicia una peregrinación conducida por una creyente llamada Ayesha, o el exilio de un líder árabe en Londres.

La obra contiene elementos considerados como blasfemos por los musulmanes, ya que narra de la vida de Mahoma (Mahound en el libro), su exilio y su eventual regreso triunfante a La Meca preislámica y politeísta (Jahilia en la novela).

Hay un punto en la historia donde se hace alusión a los versos satánicos y es por ellos la causa de la gran polémica que se desató, motivo por el cual Rushdie fue amenazado por el Ayatola Jomeini Mahound atribulado sube al monte Cone, a pedirle una revelación al Arcángel Gabriel, obligándole inconscientemente a dictarle unos versos en los que se proclame la validez de las tres deidades.

Durante la visión se retrata al imán como una figura de pesadilla que manipula al arcángel Gabriel a través de la fuerza y la violencia, para respaldar sus acciones, igual de violentas, para con su pueblo.

     «El espíritu que es besado por un arcángel recupera inmediatamente el sentido de la orientación y encuentra el camino de la verdad y la virtud».

La novela, como Rushdie la propone “no está hecha para implantar reglas, sino para plantear preguntas”. Por su estructura y contenido la obra intenta establecer temas para el debate, cuestionando a los sujetos en conflicto. En un plano reducido: Gibreel y Saladin, ambos personajes protagónicos de la novela, y en otro, de dimensiones mayores, India e Inglaterra. Asimismo, Rushdie ataca a las ortodoxias más rígidas al tiempo que celebra la duda, el cuestionamiento, el quebrantamiento e inclusive la innovación, aunque de ésta se desprendan preguntas sobre el resultado. Es decir, que la bandera enarbolada por Rushdie a lo largo de la novela es, principalmente, la de la incertidumbre.

     «Un pueblo que se ha mantenido convencido de su grandeza y su invulnerabilidad, que ha optado por creer en tal mito, a despecho de la evidencia, es un pueblo que está sumido en el sueño, o en la locura».

Con esta obra Rushdie pretende darles voz a las minorías, quienes en una situación de exclusión social intentan a toda costa hacerse de las herramientas necesarias para crear sus propias reglas, su propio modelo de autoridad. Es, precisamente, en estos estados de tensión y de lucha donde los personajes de Rushdie adquieren esa fuerza que tanto anhelan.

     «La misión del poeta es nombrar lo innombrable, denunciar el engaño, tomar partido, iniciar discusiones, dar forma al mundo e impedir que duerma».

Un aspecto para resaltar tocado en el texto y difundido ampliamente debido a sus consecuencias es la relación entre lo secular y lo religioso. La relación asentada en la incomprensible paradoja de la existencia del otro. El uso de discursos que sólo son entendidos de manera parcial por la contraparte. La lucha de clases culturales en dos niveles simultáneamente: el nivel doméstico, es decir, el de los países como Afganistán, Pakistán, Irán, India, Egipto, que establecen, a través del campo religioso, una clase dominante que impone normas tanto políticas como sociales. Y por el otro lado, el nivel internacional occidental en el que se intenta, aunque con poco éxito, crear un espacio para la diversidad cultural.

Las relaciones de poder involucradas son complejas: la resistencia religiosa establece una postura primordialmente defensiva en el campo doméstico, en el mundo musulmán.

     «No hay cosa más amarga para el hombre que descubrir que ha estado creyendo en un fantasma».

Rushdie, a través de «Los versos satánicos», intenta crear un panorama en donde las dificultades de este proceso de negociación salten a la vista. Las diferentes perspectivas del problema dan pie para considerar que cualquier lucha entre culturas, que se da en los términos de la intolerancia, es en sí misma destructiva.

     «Si lo viejo se resiste a morir, lo nuevo no podrá nacer».

El libro fue prohibido y quemado en los países musulmanes, así como generó disturbios tanto en Inglaterra como en Estados Unidos.

En febrero de 1989, el Ayatolá Jomeini proclama una fatwa, instando a la población musulmana a ejecutar a cualquier persona relacionada con la publicación del libro. Una Bonyad o fundación religiosa iraní llega incluso a ofrecer una recompensa en efectivo por la muerte de Rushdie quien dos días después sería puesto bajo protección del gobierno británico las 24 h del día.

Dicha sentencia estuvo a punto de concretarse, luego del violento ataque que Rushdie sufrió el 12 de agosto de 2022 en Nueva York, fue una dura experiencia para el escritor indio-británico que le dejo graves secuelas en su salud.

La fatwa hacia Salman Rushdie sigue vigente.

«Los versos satánicos» de Salman Rushdie.
Novela de ficción.
Muy intensa.


Tomado de El Club de la Lectura, grupo de Facebook, del que Paty Rogel es la administradora.

1 comentario:

  1. Gracias, maestro. “Los versos satánicos” es una novela que he tenido en la mira desde hace un tiempo.

    Atentamente: José Reyes

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