(Fragmento)
MARIO VARGAS LLOSA: ¿Y cómo nació Macondo? Es cierto que muchos de tus relatos no están situados en Macondo, sino en “el pueblo”, ¿verdad?, pero yo no veo una diferencia fundamental entre “el pueblo’ y Macondo. Yo creo que en cierta forma, son dos nombres de una misma cosa. Bueno, ¿cómo surgió la idea de escribir sobre ese pueblo inexistente?
GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ
Lo conté ayer. Fue la vez que regresé con mi madre a Aracataca, el pueblito donde nací. No quiero decir que Aracataca es lo mismo que Macondo; para mí, no sé —espero que algún crítico lo descubra—Macondo es más bien el pasado, y bueno, como a ese pasado había que ponerle calles y casas, temperatura y gente, le puse la imagen de este pueblo caluroso, polvoriento, acabado, arruinado, con unas casas de madera, con techos de zinc, que se parecen mucho a las del sur de los Estados Unidos, un pueblo que se parece mucho a los pueblos de Faulkner, porque fue construido por la United Fruit Company. Ahora, el nombre del pueblo sale de una finca de bananos que estaba muy cerca y que se llama Macondo.
MARIO VARGAS LLOSA
Ah, el nombre es real.
GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ
Sí, pero no es un pueblo. Es una finca que se llama Macondo. Me sonó muy bien, por eso lo tomé.
MARIO VARGAS LLOSA
Ahora, hay un problema con Macondo. En tu última novela, en el capítulo final, este pueblo es arrebatado por el viento, se lo llevan los aires y desaparece. ¿Qué va a ocurrir en tus próximos libros? ¿Vas a seguir a Macondo en su vuelo por el espacio?
GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ
Bueno, lo que sucede es lo que decíamos ayer de la novela de caballería. Al caballero le cortan la cabeza cuantas veces lo requiera el relato, y no tengo absolutamente ningún inconveniente en volver a resucitar a Macondo y en que se me olvide que se lo llevó el viento si así lo necesito, porque un escritor que no se contradice es un escritor dogmático, y un escritor dogmático es reaccionario, y lo único que yo no quisiera ser es reaccionario; de manera que, si mañana necesito otra vez a Macondo, vuelve Macondo tranquilamente.
Tomado de Dos soledades: Un diálogo sobre la novela en América Latina, entre Mario Vargas Llosa y Gabriel García Márquez, llevado a cabo el 5 y 7 de septiembre de 1967, en Lima, Perú; p. 61, ebook.
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