sábado, 16 de noviembre de 2024

CINCO POEMAS DE RENÉ RODRÍGUEZ SORIANO


Toda palabra es un silencio,
todo silencio una palabra.
Un barco que viene o va.
rrs

Sed de pez

Tu seno izquierdo navega hacia el olvido.
Enriquillo Sánchez

De tu silencio a mi silencio hay un abismo.
La angustia es un puente con las vigas rotas.
La sed, un cántaro ciego y al desgaire río abajo.
Un pájaro sin rumbo vuela la noche honda.
Mudo y sordo un pez se pierde en la comisura
de tus labios.
Yo no soy si tú no me nombras.
De mis labios a tus labios hay una historia.
Un cuento que termina en la palabra
misma del comienzo.

De tu silencio a mi silencio hay un reloj.
Una aguja que se clava en el silencio adrede.
Una daga herida por la ausencia de tu luz.

Nota al margen de su lengua

Que se entienda,
no hablo de ningún tratado,
de ningún volumen; hablo
de ese animal terrestre
que habita en el cielo de su boca.
Ese animal perverso que santifica
mi nombre y mis latidos, ese animal
sin nombre que si me toca
me hace nacer sin lengua
en el lenguaje de su cuerpo.

Marco teórico de la soledad

Que una soledad se encuentre con otra
en un texto impreso en circunstancias
anónimas, tiene al menos la nobleza
del mito de la botella al mar.
Gabriel Zaid

La soledad no está en las calles ni en los parques
ni en la ciudad deshabitada
ni en este cigarrillo que se apaga;
no está en el sopor de las estatuas
ni en los colores que nos gustan
ni en las canciones desoladas
ni en el clavo sin marco en la pared;
no está en los gatos ni en los puentes
ni en los absurdos pasadizos del silencio
ni en el motorista que casi me atropella. La soledad
está en nosotros, azuleando el poema, pastando
en nuestras fuerzas, crispándonos la vida.

Overtime

A esta hora la poesía no pulsa en los relojes
ni en los escaparates ni en las lámparas,
a esta hora exactamente detenidas las esferas
(tú en tu cama), no se puede hacer poesía…
Poner orden a esta hora, poner la vida en cada punto
(sobre la mesa quedan rastros de tus formas),
sobre la mesa llena del vacío que dejaron los cuerpos
(yo casi tú, adentro), temblor que es el poema,
sobre los papeles y las cosas, casi una ráfaga,
casi un disparo, muda memoria que jadea
en el teclado y más allá, entre el caer y el no caer,
si acaso, tus aretes junto a la copa
que derramó la noche en la oficina.

Embrujo de pájaros

Te escribo ahora
y es como si pusiera tu nombre en esta rama
que se deshoja, lidia tu ausencia con mi sed
y te aparta los verbos y los tiempos como
si correteáramos esdrújulos, descalzos
por el parque, desgreñados desde tu ojo
de cigua palmera. Me espanto
y te espanto con el cigarrillo apagado
entre los dedos.
Te escribo ahora
porque en el pasado no estaba permitido,
personaje de mis sueños; como si estuvieras
con tus manos de espigas
y esa sonrisa ñoña, bizca,
con el muñón de un ala en la ventana desgarbada
de par en par.
Te escribo ahora
y es como si lo hiciera desde siempre,
siempre que te me sales de la línea,
desandas mi alfabeto
con tu nido en picada,
encimada en los cauces, ajedrez
sin tablero, gaviota en rompeolas, amar
sin guardafangos; no sé por qué te escribo,
no sé por qué esta pausa.
Quizás porque amanece hace frío
desde adentro del sábado
y sopla mi memoria paisajes de tu cuerpo,
tus cabellos y tengo miedo.


René Rodríguez Soriano (1950-2020). Fue un escritor, editor y docente universitario dominicano; egresado en comunicación social de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, campo en el que se destacó y fue reconocido en plataformas como el periodismo, la publicidad y la producción de materiales para radio televisión y cine. Ha recibido importantes galardones como el Talent Seekers International Award 2009-2010, el Premio UCE de Poesía 2008, el Premio UCE de Novela 2007, el Premio Nacional de Cuentos José Ramón López de República Dominicana (1997) y el Casa de Teatro (1996), entre otros. Se radicó en Estados Unidos en 1998, desde donde desarrolló una intensa labor de difusión y promoción de la literatura iberoamericana a través de la revista y editorial mediaIsla. Publicó los poemarios Raíces con dos comienzos y un final (1977, 1983, 2014), Textos destetados a destiempo con sabor de tiempo y de canción (1979), Canciones rosa para una niña gris metal (1983, 1992, 2009), Muestra gratis (1986, 2018), Apunte a lápiz (2007), Rumor de pez (2009, 2012, 2018), Nave sorda (2015), Juguete sagrado: textos escogidos. (Selección: Denisse Español y Luis Reynaldo Pérez, 2019); los libros de narrativa Todos los juegos el juego (1986), No les guardo rencor, papá (1989), Su nombre, Julia (1991), Para esta noche (1992), La radio y otros boleros (1996), El diablo sabe por diablo (1998), Queda la música (2003), Sólo de vez en cuando (2005), Betún melancolía (2008), El mal del tiempo (2008, 2011), Solo de flauta (2013), El nombre olvidado (2015, 2018), No les guardo rencor, papá (2017, 2018), Jugar al sol. Más de 13 historias sin historia. (Selección: Máximo Vega, 2018). Además, los libros de ensayo Tientos y trotes (2011), A toda lágrima y a toda sed. Conversaciones con René Rodríguez Soriano (Compilación: Sara María Rivas, 2017), Letras vueltas (2018) y Voces propias. Conversaciones (2018). En colaboración con Ramón Tejada Holguín publicó Probablemente es virgen todavía (1993), Y así llegaste tú… (1994), Blasfemia angelical (1995) y Pas de deux (2008); y, en colaboración con Plinio Chahín, Salvo el insomnio (2002).

Falleció en Houston, Texas, EUA, el 31 de marzo de 2020, a causa de complicaciones por el coronavirus.

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