Por Ignacio Izquierdo
El español es un idioma que está vivo y todos los días se enriquece más y más,
especialmente en países como México, donde el lenguaje muta y evoluciona con
nuevas palabras y expresiones. Nuestro español es rico en muchos sentidos, y
palabras como“chido” o “güey”, que están bien instaladas en nuestro día a día,
son prueba de ello.
“Chido” es uno de los mexicanismos más presentes en la sociedad. Se trata de
un adjetivo coloquial que se utiliza para expresar que algo es bueno,
agradable o de calidad. Su uso se ha extendido a diferentes contextos, desde
describir una situación, un objeto, hasta valorar acciones o personas.
Su equivalencia en otros países de habla hispana puede variar, encontrando
términos similares que cumplen con la función de señalar aprobación o gusto
por algo. Este término refleja la riqueza y diversidad del español,
adaptándose a las particularidades culturales de cada región.
El origen de la palabra “chido” se remonta a México, aunque su etimología
precisa es tema de debate entre lingüistas y estudiosos del español. Una
teoría sugiere que la palabra podría derivar del caló, el idioma de los
gitanos españoles, que llegó a México a través de diversos flujos migratorios.
En caló, existen palabras con sonidos y significados similares relacionados
con la aprobación o la aceptación, lo que podría haber influenciado el español
mexicano.
También cuenta con otra hipótesis de origen interesante que se remonta a la
jerga asturiana. En ella se usaba la palabra “xidu” con los mismos
significados, que a su vez influyó en el vocabulario gitano transformándose en
“chiro”, para denotar algo resplandeciente. Este término cruzó océanos hasta
llegar a México, donde sufrió una pequeña transformación y se integró al
español mexicano como “chido”, proveniente de la expresión “chiro liro”. Esta
última, empleada para indicar admiración o sorpresa agradable hacia algo,
ayuda a rastrear la evolución lingüística que sufrió la palabra hasta su forma
actual.
La transición de “chiro” a “chido” en México estuvo marcada, además, por su
uso en el juego infantil de las canicas, donde la expresión “¡chiras pelas! se
convertía en una declaración de triunfo cuando un jugador lograba ganar todas
las canicas de su oponente.
“Chido” sigue siendo un ejemplo de cómo el lenguaje evoluciona y se enriquece
con el paso del tiempo, reflejando cambios culturales y sociales.
Otros mexicanismos que vale la pena conocer
Los mexicanismos son palabras o expresiones propias del español hablado en
México, reflejando la identidad y la cultura del país. Estos términos pueden
derivar de lenguas indígenas, ser adaptaciones de palabras extranjeras o
creaciones propias. Te contamos sobre algunos mexicanismos representativos:
• Guajolote: procedente del náhuatl “huexolotl”, se refiere al pavo.
• Chamba: manera coloquial de referirse al trabajo o empleo.
• Nopal: cactus muy común en México, palabra de origen náhuatl.
• Chicle: goma de mascar, del náhuatl “chictli”.
• Aguacate: del náhuatl “ahuacatl”, fruto conocido internacionalmente.
• Cuate: significa amigo o compañero, también de origen náhuatl.
• Chido: como ya se mencionó, es una forma coloquial de decir que algo es bueno
o agradable.
• Carnal: hermano, pero también usado para designar a un amigo muy cercano.
• Chinampa: método de agricultura en áreas lacustres, término de origen
náhuatl.
• Aguas: Utilizado como una advertencia o alerta para prestar atención, similar
a decir “cuidado” o “atención”.
• Chamba: Término coloquial para trabajo o empleo.
• Chido: Una forma de decir que algo es bueno, bonito o agradable.
• Güey:
Término usado para referirse a una persona, equivalente a “tipo” o “hombre”.
Puede usarse de forma amistosa o despectiva según el contexto.
• Neta:
Utilizado para enfatizar la verdad o sinceridad de algo, similar a “en serio”
o “de verdad”.
• Padre: Más allá de su uso regular, en México se emplea para indicar que algo
es muy bueno o excelente.
• Chela: Modismo para cerveza.
• Mande: Expresión de cortesía utilizada en lugar de “¿Qué?” cuando no se ha
entendido algo o para pedir que se repita una instrucción.
• No
manches: Frase coloquial utilizada para expresar incredulidad o sorpresa.
• Pachanga: Fiesta o celebración animada.
• Tocayo: Persona que tiene el mismo nombre que otra.
• ¡Órale!: Interjección que puede expresar sorpresa, admiración o acuerdo,
dependiendo del contexto en el que se utilice.
Estos términos ilustran la riqueza lingüística de México, mostrando la
influencia de las culturas prehispánicas, así como los cambios y adaptaciones
lingüísticas a lo largo de la historia. Los mexicanismos son un componente
vital de la identidad cultural del país, brindando colorido y particularidad
al español hablado en México.
Fuente: Infobae, y otros sitios en la Red.
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