martes, 24 de enero de 2023

MULTIPERSONALIDAD

Microficción de Isaías Ferreira

Como todos los días a esa hora, Cadete se mostraba rebelde pues decía que lo querían poner loco con tantas pastillas y, como siempre, hubo que llamar al Dr. Portobello, que era el único que sabía cómo manejarlo.

— “¿Quién es usted?”, le preguntó el siquiatra.
— “Soy un niño que murió a los siete años y hoy tendría mi edad; soy un soldado muerto en combate, un exministro de guerra, varios reyes, un explorador, Julio César, Carlomagno, un exclérigo y hasta mi propio exsuegro… y tengo papeles legales de identidad de cada uno para probarlo”, respondió Cadete.
— “¿Con quién tenemos el placer de hablar ahora?”, preguntó el doctor.
— “Con Atila, el rey de los hunos… y donde pisa mi caballo, no crece más la hierba”, contestó el paciente.
— “¿Tiene pruebas?”, dijo el doctor.
— “¿Cuándo ha visto usted que un rey necesita papeles para demostrar quién es?”
— “Perdón, su majestad… ¿qué desea usted que yo haga después de rendirle homenaje, Sr. Rey”.
— “Que se quite del medio, que tengo a Constantinopla cercada y usted lo que está haciendo es distraerme”.
— “Perdone, Azote de Dios”, dijo el médico.
— “Psss… silencio, que vamos a pasar el Rubicón… la suerte está echada… ¡ni un paso atrás!”.
— “¡Salve, César! ... no seré yo quien interfiera en tan ingente empresa… adelante…", le dijo el doctor con entusiasmo; y en voz baja añadió: "Para que esté fuerte, general de generales, tómese esto que le envían los dioses”, y le pasó un vasito de papel con las pastillas y otro con agua, que Cadete agarró con gesto teatral y procedió a ingerir sin dificultad. Entonces dijo: “¡A la carga, en nombre de Zeus y de Júpiter!”


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