miércoles, 25 de enero de 2023

REVOLUCIÓN


Novela de Arturo Pérez-Reverte

“Ésta es la historia de un hombre, tres mujeres, una revolución y un tesoro. La revolución fue la de México en tiempos de Emiliano Zapata y Francisco Villa. El tesoro fueron quince mil monedas de oro de a veinte pesos de las denominadas “maximilianos”, robadas en un banco de Ciudad Juárez el 8 de mayo de 1911. El hombre se llamaba Martín Garret Ortiz y era un joven ingeniero de minas español. Todo empezó para él ese mismo día, cuando desde su hotel oyó un primer disparo lejano. Salió a la calle para ver qué ocurría y a partir de ese momento su vida cambió para siempre...”

Así, más o menos, comienza la novela “Revolución”, una entretenida y absorbente narración del maestro del género, Arturo Pérez-Reverte, español, natural de Cartagena, región de Murcia.

Como todas las novelas históricas, es difícil establecer donde encaja lo ficticio y donde lo histórico. Como lector, en este caso, no es algo que me interesa averiguar a fondo, por lo que confié plenamente en que el autor hizo investigación profunda al respecto, y que los datos son precisos, y me concentré únicamente en disfrutar de una historia fascinante escrita con una prosa fluida y rica. Y no me defraudó.

“Revolución”, como su nombre lo indica, no es para Boy Scouts. Es un libro con pasajes muy violentos en que la traición y deslices se pagan con la vida, pero en el que los valores de la lealtad y la amistad son justipreciados. “Es un relato de iniciación y madurez a través del caos, la lucidez y la violencia: el asombroso descubrimiento de las reglas ocultas que determinan el amor, la lealtad, la muerte y la vida”.

Francisco “Pancho” Villa, si bien una figura legendaria en la historia mexicana, en “Revolución” no es más que un patán sanguinario, por ello temido, que pelea por instinto, pero carece de estrategias y, por consiguiente, sus triunfos son, aunque resonantes en muchos casos e influyentes en la vida republicana que ha seguido, efímeros. Claro, se entiende que en su posición deba tener mano dura. Y recio como era, a veces exhibe un sano sentido del humor. Un personaje interesante. Por otro lado, aunque se menciona a lo largo de la novela, Emiliano Zapata es una figura de fondo, nunca aparece en primer plano.

Entre las cosas que disfruté de “Revolución” está el uso de la jerga mexicana, el habla de la calle, como debe ser entre gente del pueblo, lo que le da verosimilitud a lo narrado. En ese sentido, para mí el mayor Genovevo Garza, hombre de confianza de Pancho Villa y que entabla amistad sincera con el joven Martín Garret Ortiz, a quien sonsaca para que participe en la causa y protege, es mi personaje favorito. 

El de Martín Garret Ortiz es un caso interesante. Es uno de los personajes centrales de la novela, pero es difícil descifrar su fascinación por una guerra que no es suya y a la que sirve, sin ser un mercenario, con determinación y entrega. En una parte, él mismo se pregunta: “¿qué hago yo aquí, si soy de Linares?” Lo que sí palpa uno es cómo madura el joven, que al comienzo de la trifulca tiene veinticuatro años, a medida que avanza la novela.

De alguna manera, no sé por qué, quizá por la similitud de sus espíritus aventureros y cierto romanticismo ingenuo, Martín me recuerda a Robert Jordan: estadounidense, también especialista en explosivos y demoliciones, de la novela “Por quién doblan las campanas”, de Ernest Hemingway.

Las mujeres juegan un papel esencial en “Revolución”, principalmente las soldaderas, quienes siguen a sus hombres a las batallas y están allí no solo para alimentarlos y cargar sus cosas, sino para agarrar la carabina y pelear si es necesario. Maclovia Ángeles, la mujer de Genovevo, a quien sigue de batalla en batalla, es la más destacada en ese sentido. Es una “indígena pura, taciturna, hacendosa, seria, cargada como una mula y siempre lista con unas tortillas de maíz con carne y trocitos de papa”.

También está Diana Palmer, la corresponsal de guerra norteamericana, un espíritu libre que juega su pellejo viajando por el mundo tratando de hacer llegar los pormenores de las guerras a los lectores de las publicaciones para las que trabaja. Y, por último, está Yunuen Laredo, aislada por la escala social en que se desenvuelven ella y su familia. Ella es el amor frustrado de Martín.

«Toda la vida escuché en mi casa la historia de aquel amigo de mi bisabuelo, ingeniero de minas, que trabajó en México en plena revolución. Ese recuerdo remoto me ha aproximado a mi propia relación con la aventura y me ha llevado a escribir esta historia. Es una novela de iniciación y aprendizaje y es, de algún modo, mi propia biografía de juventud. Es mi Flecha de oro», dice Pérez-Reverte.

Revolución es de lectura fácil, transitoria quizá, pero con ella me entretuve y me divertí un montón. (5/5)

Comentario, sinopsis, de Isaias Ferreira Medina 

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