martes, 21 de abril de 2020

EL PECULIAR LÉXICO QUE IDENTIFICA A LOS DOMINICANOS

Por César Nicolás Penson Paulus
Columnista de El Caribe

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5 marzo, 2018

Una invaluable riqueza de la identidad dominicana, de su cultura, de las características de su peculiar personalidad, radica en las palabras que utiliza y que pertenecen, de manera exclusiva al diccionario criollo. Elemento inequívoco del acervo cultural criollo, que nos identifica adonde quiera que estemos, al margen de las tonalidades de expresiones diversas, según el lugar donde ha transcurrido el espacio de formación temprana: en el Cibao con su “i” característica y la “foima de epresailo”; con acento en la “r” si “e’der sur profundo” o con la “l” si “e campitaleño”. Parte de esa expresión autóctona desaparece con el ímpetu cibernético de las nacientes generaciones, con sus afanes digitales. Estar “abacorao” es casi lo mismo que estar “aperruchao” contra algo sólido, casi lo mismo “apeñucao, apiñao” aunque con matices y connotaciones diferenciadas. Estas últimas expresiones denotan estar confinados, apretujados en un área pequeña. “Achuchar” en cambio, es forzar a acomodarse. “Aciguatado” es dolencia por ingerir pescados que han comido algas que los “cienciólogos” indican que contienen mercurio. El conocimiento popular indica que ocurre solo en los meses sin “r”: desde abril hasta agosto.

Este envenenamiento afecta de manera muy sensible las extremidades inferiores, siendo recurrente por largo tiempo. “Acotejar” es acomodar, arreglar, adaptarse. “Viejevo” es aquel que de edad madura, viste y actúa como un joven, siendo notorio su desfase. “Rocorroco” es afección pulmonar, de sonido característico, que indica congestión en las vías respiratorias y señala un problema en la “caj’erpecho” . “Cicote” es mal olor en los pies. “”Chuipi” es una expresión onomatopéyica producida con los labios semicerrados y de amplio significado, que por lo general expresa desacuerdo o “error” del interlocutor. También expresa fastidio o preocupación, según expresión de la cara. “Atiborrado”, es muy lleno. “Bacano” expresa condición de muy bueno, excelente. “Bojote”, denota gran cantidad. “Gofio”, es maíz seco molido y endulzado, que años atrás se vendía en conos finos de papel de color pastel. “Nacío” es doloroso punto infeccioso, que puede tener “boca” o no. Si es de un ganglio en la ingle: es “una seca”. Si de enfermedades y dolencias se trata, la terminología vernácula es rica: “rasquiña” y “guachipa” son sinónimos de “sarpullio”. “Anortao” es el infante con diarrea, con evacuaciones usualmente verdes. La “batata” es la pantorrilla, a más del tubérculo dulzón, convidado a toda mesa criolla, que produce “jerbor” y “añugamiento”. “Tísico” es el que tiene tuberculosis, igual que “malograo”. “Tiricia” es enfermedad del hígado que torna la piel amarilla. “Galillo”, “gañote” y “cocote” aunque similares, “trasuntan diferencias”. “Añoñar” es consentir con mimos, caricias y muestras de cariño y afectos . “Enemocada” es nuez moscada. “Sus partes” son, los espacios íntimos de las personas.

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12 marzo, 2018

Identificar un dominicano es tarea fácil, si se conoce su peculiar manera de expresarse, y la tonalidad propia del lugar donde está enterrado su ombligo. Nuestro territorio, 2 tercios de una isla, presenta características lingüísticas peculiares y sorprende su diversidad. “Dar del cuerpo”, es evacuar; “la luna” es periodo menstrual, mientras que “un mariquito” es mal olor o más bien “un bajo”, en determinada región del cuerpo. “Un violín” es mal olor en las axilas o el “sobaco”. “Etericao” indica, estirado. “Abimbao” es golpeado fuertemente tras un pleito. “Lenguemime” se refiere a cuchillo largo y fino y si es muy puntiagudo “saca’hígado”. “Trompá” es puñetazo, similar a “tabaná”. “Acotejar”, es acomodar y el “ahorita” que parece indicar un ahora más corto, resulta más tardío. “Carajito” es niño, al igual que “tiguerito”, aunque este último tiene otra acepción. “Un tíguere” es individuo al margen de la legalidad o de accionar poco ortodoxo. “Embullao” es entusiasmado con una relación sentimental o conforme con lo que hace. “Jacho” es antorcha y “jacha”, diente grande. “Romo” es ron mientras “chepa” es casualidad. “Samar” es acariciar profusamente. “Bembú” es de labios carnosos, pronunciados y “chemba” es bemba grande. “Culipandeo” es torcedura al caminar o acción de comportamiento dual. “Silimín” o “silibín” es farol delantero grande de vehículo, correspondiente a “sealed beam”. “Guasábara” es cardumen de peces perseguidos por más grandes, cuando salta al aire. Es también un cactus de la zona sur, que se “dispara” al menor roce, en las horas calientes. “Almorrana” es hemorroides, mientras que “ajumao” es borracho y “aumao”, es lleno de humo o con sabor u olor a este. “Afisiao” es profundamente enamorado, mientras “cuaba” es estilla de pino abundante en resinas, que se utiliza para prender leña o carbón. Estar “cortao” es ensuciarse con “vidrio inglé”, embarrarse de excremento humano; contagiado con una venérea; también sinónimo de “quemao” en un examen. “Sica” es excremento, lo mismo que “ñeca” que en este caso es de origen humano. “Chiripa” es trabajo menor de corto tiempo. “Chopa”, término despectivo para referirse a la sirvienta, mientras que “chopo” es, de baja clase. “Cuquiká” es de mala clase y a “a la brigandina” refiere construcción de mala calidad. “Tútano” significa tuétano. Las gradaciones de cantidades pequeñas son: “chin”, es poco; “chin-chin” es cantidad menor y “chililín” es menos todavía. “Sirimba” y “yeyo” son sinónimos de “patatú”, desmayo o decaimiento brusco o síncope. La gente antes, moría de “repente”; ahora de un “caldiáco” o de “un dolol”. Un examen clínico es “un etúdio” que puede llevar “anali” incluido de “materia ficale”. “Atiborrao” es lleno en exceso. Dar “coba” es alabar a una persona por lo general en busca de beneficios. “Lamber” es comer de lo ajeno y también “lamer”. “Deguañangao” es estar muy afectado.

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19 marzo, 2018

La compleja identidad dominicana nos delata adonde quiera que nos encontremos. “Parejeros” como somos, andamos en cualquier rincón del mundo y siempre aparece un criollo que se “guilla” de “trasendío”, pero le aflora el dominicano. No es extraño encontrar un “boca’guá”, un “bultero”, o un “muelú”, en nuestro camino. “Semilla” es para nosotros, simiente, expresión de admiración o clítoris, así como “el pipo” refiere la vulva y “ripio”, pene. “Mangonear” es “barajar” o “amarrar la chiva”. Una “matasión” es matanza. “pichirrí” es el coxis del pollo y un “pique” corresponde a contrariedad mayúscula. Cogerlo de “banquito’e picá” es ser blanco de burlas, bromas, o de represalias. “Alentao” es estar mejor, de alguna dolencia. “Ajito” significa con dificultades estomacales producto de una “jartura”, y lo contrario es “ajílibio”, debilidad por no haber comido. “Anjá” expresa admiración o aceptación de connotación diferenciada de “ujú”. “Dar etilla” es hacer el amor repetidas veces. “Maipiola, es celestina; que busca parejas a hombres y mujeres; “cuero” es prostituta, epíteto que existe desde la época colonial, con historia propia. “Fuiche, fullín o fui”, se refiere a nalgas o al propio ano, “asigun”, al tiempo que “fucú” corresponde a mala suerte. “Entremiliao” es mezclado; de la misma forma que “corombo” es persona con las piernas arqueadas, pero en sentido contrario al “gambao”. “Arrempujar” es empujar con ánimos de tumbar. “Degaritarse” significa irse en malos términos, es “juirse”. “Verija” son las “partes bajas”; “ensalmo” o “ensalme” corresponde a la oración con la que “se marca con fe” una parte del cuerpo, procurando curación de una dolencia. “Entibiar” significa calentar un poco y “borrá con mierdegato” es acabar definitivamente una relación. “Borona” tiene significados diversos según las circunstancias y acompañado de qué vaya: migajas, si de un bizcocho se trata; es sobra, residuos; cantidad pequeña de dinero y también dádiva para conseguir un servicio. Boronear es robar y repartir “unos chelitos” para lograr silencio cómplice. Un “moquero” es cuando hay muchas moscas. “Decurtir” es quitar el sucio pegado de ropa y enseres. “Tereques”, “cachivaches” y “corotos” son sinónimos con diferencias. “Los víveres” son los comestibles, pero también puede referirse a las partes reproductoras del hombre. “Decuartao” se le dice al que no tiene dinero y más modernamente, “estar en olla”. “Can” es fiesta, “bonche, aunque este también significa manojo de flores. “Calié” corresponde a chivato. “Etrujar” es arrugar, pero también, reprimir verbalmente de manera grosera: un “boche” y si además es ofensivo y soez, “pele’lengua”. “Deguabinao” corresponde a muy afectado. “Atarugao” y “atrabancao” tienen significado parecido, pero “añugao” es cuando la comida se queda “entrel’gañote”, efecto común cuando el “mangú” está muy seco o la batata se come “sin na pa bajala”.

Tomado de El Caribe

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