Comprimidos de datos, opiniones, consejos y/o pensamientos. Respuestas
concisas a curiosidades básicas
Fragmentos de una entrevista conducida por Andrés Seoane, de
La Lectura, a Joyce Carol
Oates, la destacada escritora estadounidense, en que esta contesta preguntas acerca de
la violencia gráfica en sus obras, sobre todo en sus novelas más recientes
Carnicero (Alfaguara, 2025) y
El señor Fox
(Alfaguara, 2026).
P: Describe con detalle los encuentros de Fox con varias niñas, ¿por qué
enfrentar al lector a estas escenas espeluznantes y cómo afronta su
escritura?
R: Bueno, no sé cómo responder a eso… Creo que la literatura tiene la
responsabilidad de afrontar lo que la sociedad preferiría ignorar. Rechazar
los aspectos más oscuros de la vida sería falsificar la realidad, así que como
novelista, siempre siento que tengo que interpretar, siempre dramatizo las
escenas. Para mí, resumirlas no sería escribir de verdad. Desde el inicio se
cree que esta persona es un depredador, pero si no lo ves, si no sabes lo que
está pasando, es como una simple noticia de periódico. Siento que la única
literatura y el cine que me interesan son las situaciones humanas
dramatizadas. Si en la novela sólo se hablara de Francis Fox, pero nunca lo
viéramos hacer nada, no sabríamos si la gente exagera o no. Esa es una de las
capacidades de una novela: ofrecer diferentes perspectivas. Por otro lado,
también quería mostrar la ingenuidad de la gente, sobre todo de las mujeres.
Todas, adultas y niñas, se enamoraron de esta persona, pues él era encantador
y sabía cómo manipularlas, las escuchaba, les sonreía. Mostrar eso,
confrontando con lo repulsivo de sus actos era mi ambición.
[…]
P: Buena parte de sus obras están teñidas por la exploración de la
violencia. ¿Qué revela la violencia de nosotros, del ser humano?
R: Más que los hechos violentos en sí, siempre me han atraído los
fundamentos psicológicos de la violencia por lo que revela sobre la
vulnerabilidad, el poder, el miedo y la condición humana. Estados Unidos, en
particular, tiene una mitología sobre la violencia profundamente arraigada que
me fascina y me perturba. Por eso, normalmente escribo sobre las secuelas de
la violencia. Hacia el final de la novela, se descubre qué le sucedió a Fox y
esa sí es una escena violenta, pero en el resto del libro no hay, ya sabes,
tiroteos ni apuñalamientos ni nada por el estilo. Carnicero fue diferente
porque hoy diríamos que lo que hizo aquel médico fue una verdadera carnicería.
Pero él no lo veía así, pensaba que estaba haciendo experimentos buenos para
la humanidad. El caso es que, como te decía antes, vivimos en un mundo
violento, así que no es difícil ser consciente de los elementos siniestros de
nuestra sociedad, que están presentes en todas partes. La ficción es un espejo
de la vida, a veces distorsionada, a veces cruda y sin mediación. No hay
ficción tan horrorosa como la vida, por lo que si quieres narrar la realidad
no puedes eludir la violencia.


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