Tomado del blog de Sinjania, Escuela de Escritura Creativa en línea.
A la hora de escribir cada escritor tiene su propia fórmula. Si todavía no tienes la tuya, presta atención a tu método de trabajo hasta dar con la que mejor te funcione. Sin embargo, hay ciertas pautas que pueden servirte como patrón. Hoy te contamos cómo escribir un relato.
Son siete pasos que habitualmente forman parte del proceso de escritura para escribir historias cortas. Evidentemente no son leyes, así que piensa si estos pasos se adaptan a ti o si tal vez prefieres usarlos en otro orden. En cualquier caso, esperamos que te ayuden a escribir tus relatos con más facilidad.
Requisitos para escribir un relato
Antes de empezar a escribir un relato necesitas tres cosas imprescindibles. Si no las tienes, no podrás empezar.
• De diez a veinte horas de tiempo libre. No son cifras exactas y dependerán en gran medida de la longitud de tu historia, de su dificultad y de tu destreza, pero en líneas generales deberías reservarte unas cuantas horas libres en tu agenda para dedicar a la escritura de un relato.
• Una idea. Tienes que tener una idea para tu historia, un argumento que desarrollar.
• Utensilios de escritura. Sea el tradicional papel y lápiz o una moderna app, necesitas un lugar donde volcar tu texto.
Cómo escribir un relato en siete pasos
¿Estás listo para empezar a escribir? Pues allá vamos.
1. Escribe la historia
Estarás pensando que no te hace falta una guía para saber que para escribir un relato hace falta empezar por escribir la historia.
Déjanos explicarte: cuando te decimos que escribas la historia no queremos decir que empieces ya a escribir el relato. Un relato es una forma literaria con sus personajes, su trama, sus descripciones, su estilo… En los cursos de escritura de Sinjania se aprende a gestionar todo tipo de textos, pero escribir un relato requiere preparación, algunos conocimientos y tiempo. No hablamos de eso.
Lo que te pedimos que hagas en un primer momento es desarrollar la historia y escribirla tal como se la contarías a un amigo mientras charláis delante de una taza de café. En ese caso no te pondrías muy literario, sino que irías al grano, a lo fundamental, sin detenerte en ningún detalle que no fuese necesario para la comprensión de la historia.
Ya sabes, algo como:
«El otro día mi hermano conoció a una chica en un bar. La chica era alemana y le contó que en su pueblo había un hombre que estaba construyendo una minicentral eólica usando latas de refresco que recogía por las casas de su vecindario. El hombre ya había construido dos pequeños aerogeneradores y estaba construyendo el tercero. La gente se estaba implicando mucho y le llevaba las latas de sus bebidas. La chica estudiaba ingeniería eléctrica y estaba pensando hacer su tesis de final de carrera sobre el proyecto de su vecino.»
No hace falta que seas tan sucinto, puedes extenderte más.
Lo que sí es importante es que escribas tu historia de una sola vez. No te detengas, no empieces hoy y continúes mañana. Siéntate y escríbela en una sola sesión de escritura. Como la historia no estará muy desarrollada y no tendrás que prestar atención al estilo, no necesitarás mucho tiempo para cumplir con este primer paso.
2. Encuentra al protagonista
Ya tienes tu historia.
No te desanimes pensando que es mala, aún queda mucho trabajo por hacer.
Y lo que tienes que hacer ahora es decidir quién será el protagonista de tu relato.
En algunos casos el protagonista estará súper claro y no habrá lugar a dudas. En otros tendrás que pensártelo un poco.
Por ejemplo, en la historia anterior el protagonista puede ser el narrador, el hermano del narrador, la chica alemana o el hombre que hace los aerogeneradores.
Ojo, porque muchas veces el mejor protagonista no es el más evidente, así que piensa bien qué personaje elegirás para interpretar la acción. Según el que elijas tu relato resultará de una u otra manera y la perspectiva de la historia e incluso su sentido pueden cambiar rotundamente.
Recuerda que el protagonista no es necesariamente el narrador, ni es necesariamente el «bueno» de la historia. Más bien el protagonista es el personaje que toma las decisiones que impulsan la historia hacia adelante y le dan su significado.
3. Prepara una lista de escenas
Ya tienes un esbozo del argumento y has decidido quién será su protagonista. Llega el momento de ir un paso más allá y empezar a pensar en el relato tal como nos referimos a él más arriba. Es decir, como un artefacto literario.
Para ello debes descomponer la historia que escribiste en el primer paso en una lista de escenas. Hacerlo así te ayudará a tener una visión general de tu historia, lo que te permitirá organizarla y añadir aquellos detalles que le darán vida y profundidad.
Al preparar tu lista no olvides tener en cuenta en qué lugar y en qué momento tendrá lugar cada una de las escenas de tu lista.
Cuando llegue el momento de escribir el relato, puede que decidas no usar todas las escenas que has incluido en tu lista o que añadas algunas otras. No pasará nada, esto es solo un trabajo previo que te ayudará a aclarar la estructura de tu relato y te permitirá saber qué partes pueden requerir un mayor trabajo.
4. Hora de documentarse
No siempre será necesario, pero en ocasiones te hará falta algo de documentación para llevar tu relato a buen puerto.
La historia del ejemplo es un caso claro de un relato que necesitará documentación sobre la construcción de aerogeneradores y la situación de las energías renovables en Alemania y en España.
Sin embargo, al escribir un relato no conviene precipitarse en el proceso de documentación.
Si te documentas demasiado pronto, a veces la información que recopiles puede acabar por distorsionar la historia. Puede que descubras cosas que te parezcan tan interesantes que sientas que tienen que estar en tu relato a toda costa, pero así corres el riesgo de desvirtuar ese primer argumento que tenías en mente.
Por eso lo mejor es esperar a tener el argumento y la lista de escenas preparados para centrarte en aquellos detalles que, siendo relevantes, necesiten que aprendas algunas cosas al respecto. Procura ceñirte al plan original.
Otras veces te dará pereza ponerte a investigar, aunque sientas que el relato lo requiere (como en el del ejemplo). Pues sacúdete la holgazanería y ponte manos a la obra. De otra forma corres el riego de que tu relato aparezca difuso y poco desarrollado. El lector no te lo perdonará.
Aquí te damos algunas ideas sobre cómo abordar el proceso de documentación.
5. Escribe una primera línea perfecta
Las primeras líneas son básicas para atraer y capturar la atención del lector y lograr que quiera seguir leyendo. En una novela el margen de acción es mayor, pero en un relato, dada su extensión, te la juegas casi desde la primera frase.
Aquí tienes algunos consejos rápidos.
• Establece una voz desde el primer momento.
• Presenta los hechos de una forma interesante. Puedes intentar un cierto efecto sorpresa, pero no te pases.
• Sé claro, no te pierdas en detalles (puedes darlos más adelante).
• Puedes dar algunas pistas sobre lo que vendrá a continuación.
Como a veces es más sencillo aprender lo que no se debe hacer, aquí tienes un post con las diez peores formas de empezar una historia.
6. Escribe y edita
Ya tienes el argumento, el protagonista, una lista de escenas y (si es necesario) te has documentado. Incluso has escrito las primeras y emocionantes líneas de tu relato.
Pues es hora de seguir adelante. Lánzate a escribir.
Cada escritor lo hace a su manera, pero acéptanos un consejo: escribe primero y edita después.
Algunos escritores alternan ambas fases: escriben y editan, escriben y editan. Si ese es tu procedimiento y te funciona, perfecto. Pero después de casi una década impartiendo cursos de escritura sabemos por experiencia que ese sistema no suele funcionar con los escritores noveles, quienes de esa forma tienden a dispersarse, a quedarse encallados y a perder el hilo de la historia.
Si no puedes resistir la tentación de editar, puedes escribir el planteamiento del relato y a continuación editarlo. Lo mismo para el desarrollo y luego para el desenlace.
7. ¡Publica!
Muchos relatos se escriben para no salir jamás de un cajón o de una carpeta en el PC. Muchos escritores, por timidez o miedo se dicen: «No, no, yo no quiero publicar, esto es solo un hobby.»
Muy bien, puede que lo sea. Pero incluso así lo normal es que quieras mejorar hasta ser verdaderamente bueno en lo que haces, aunque solo sea una afición. Y eso pasa por publicar, por dar tus libros a leer a personas desconocidas (tu madre o tu novio no cuentan).
Súbelo a Amazon, a tu blog o a alguna de las innumerables redes y foros de escritores donde otras personas van a leerlo y comentarlo. Es su feedback el que de verdad te va a hacer mejorar, porque esos desconocidos cuyo escrutinio tanto temes te van a mostrar dónde flaquean tus relatos, pero también te dirán qué es lo que les ha impactado.
Ambas cosas te van a venir muy bien para proseguir en tu camino de escribir relatos.
Ya lo sabes, aplica estos siete pasos cuando te pongas a escribir un relato. Modifícalos y adáptalos a tus costumbres y sensibilidad y crea tu propio método. Si quieres aprender más, no te pierdas el Curso de Escritura Creativa de Sinjania.
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