Releyendo los cuentos de El llano en llamas, de Juan Rulfo, en el relato Nos han dado la tierra, encontré este pasaje, que me llamó la atención y no había notado en mi primera lectura, hace ya mucho tiempo:
[…]
Hemos venido caminando desde el amanecer. Ahorita son algo así como las cuatro de la tarde. Alguien se asoma al cielo, estira los ojos hacia donde está colgado el sol y dice:
Ese alguien es Melitón. Junto con él, vamos Faustino, Esteban y yo. Somos cuatro. Yo los cuento: dos adelante, otros dos atrás. Miro más atrás y no veo a nadie. Entonces me digo: “Somos cuatro”. Hace rato, como a eso de las once, éramos veintitantos, pero puñito a puñito se han ido desperdigando hasta quedar nada más que este nudo que somos nosotros.
Faustino dice:
—Puede que llueva.
Todos levantamos la cara y miramos una nube negra y pesada que pasa por encima de nuestras cabezas. Y pensamos: “Puede que sí”.
No decimos lo que pensamos. Hace ya tiempo que se nos acabaron las ganas de hablar. Se nos acabaron con el calor. Uno platicaría muy a gusto en otra parte, pero aquí cuesta trabajo. Uno platica aquí y las palabras se calientan en la boca con el calor de afuera, y se le resecan a uno en la lengua hasta que acaban con el resuello. Aquí así son las cosas. Por eso a nadie le da por platicar.
[…]
Mi punto es el siguiente: estando la acción narrada en primera persona, siendo el narrador parte de la historia (o sea, no es omnisciente), ¿cómo sabe lo que está pensando el grupo?
¿Es un descuido de Rulfo? ¿O quizás el narrador al hablar utiliza el plural (nosotros) de la primera persona en general para referirse a "yo"? ¿O simplemente es un detalle que carece de importancia?
Isaías Medina
No hay comentarios.:
Publicar un comentario