1. HOMBRE PÚBLICO
Su vida pública fue siempre exitosa. Un orador que encantaba a las masas más ignorantes. Estratega de grandes acuerdos políticos. Su genio intelectual solo era opacado por sus nefastos atropellos a los derechos humanos. Nunca se le conoció mujer, mucho menos hijos. Las malas lenguas lo describían, en secreto, como un misógino empedernido. Otros murmuraban en los pasillos de su palacio que su gusto por las mujeres se limitaba a las prostitutas. La única mujer en la que confiaba era en su sirvienta. Ella lo atendió hasta el final de su vida. El día de su muerte, le encargó que lo alistara para que nadie le pusiera un dedo encima. Le hizo jurar, junto con su militar de cabecera, que lo enterrarían con el atuendo que llevara puesto después del aseo. Ella, con tanto temor como lealtad, lo desnudó, lavó sus brazos, piernas y vulva y le puso el traje azul marino con el que pasaría toda su eternidad.
2. GRANDES LIGAS
Su sueño era llegar a ser una estrella de Grandes Ligas. Se levantaba todos los días a las cinco de la mañana. Le daba treinta vueltas a la cancha de baloncesto que había frente a su casa. Hacía cien sentadillas y ciento cincuenta pechadas. De ahí iba a su casa, se daba un buen baño y comía el desayuno anti-light de la dieta dominicana: plátano con salami. Luego se iba derechito al estadio a practicar. Su desempeño era mayor que el de sus compañeros, aunque nunca oyó un elogio. Los demás miembros del equipo no se explicaban de dónde le venía ese brillo que los quemaba de envidia. Cada juego era una tortura para ellos, un maldito encuentro con la mediocridad.
Las diez de la mañana de un sábado fue testigo de lo que sucedió. Mientras soltaba el brazo, vio en el manager un nerviosismo inusual. Unos visitantes con chaquetas de equipos de Grandes Ligas los visitaban. Mandó a cada miembro del equipo a una labor específica: a unos a correr, a otros a lanzar o a batear. Esperó a que llegara su turno. No le sorprendió que su presencia fuera invisible ante los ojos del entrenador. No era la primera vez. Guardó sus esperanzas para una segunda ronda. Pero tampoco le llamaron. Mientras estuvo allí, practicando con una intensidad desgarradora, ese lado del estadio parecía no existir para ninguno de los presentes. Una lágrima le subía empujada por el fuerte latido de su corazón.
Al día siguiente, una nublazón se apoderó del terreno de juego. No vio a sus compañeros ni al entrenador. De pronto sonó una algarabía. Reconoció algunas de las voces de los chicos, que venían en un minibús. Vio acercarse al manager: «El equipo va la semana que viene para Puerto Rico», escuchó con emoción, «pero, aunque eres lo mejor que tengo en el pitcheo abridor, no tuve tiempo de pedirle permiso a tu mamá. Hoy jugamos con el equipito de Máximo y de ahí nos vamos al aeropuerto”.
Las palabras del entrenador querían salir planas, directas, sin emoción, pero un dejo de pesar se le colaba en la voz. Cabizbajo, se marchó trotando, casi corriendo, como si huyera de algo. El cielo pasó de gris a negro, la nube era ahora una secuela de cristales rotos que se clavaban en su alma. «Que no pidió permiso... ¡qué excusa tan tonta! Pudo inventarse otra cosa el calvo ese», se decía con rabia y dolor. El minibús le pasó por el lado. Lo vio detenerse a unos cuantos metros. El manager se desmontó y le dijo: «Creo que puedes venir... Serías una excelente madrina para el equipo». Helada por la desfachatez de la propuesta, siguió su camino sin articular palabra. Al parecer a Claudia nadie le había dicho que las niñas no juegan en las Grandes Ligas.
3. VESTIDA PARA LA ETERNIDAD
Cuando se dio cuenta de que había invertido el trabajo de toda una vida en su guardarropa, sintió la satisfacción del deber cumplido. Se compró enormes baúles y pidió que la enterraran viva con todas sus pertenencias. Así, si sus acreedores le iban a cobrar, no encontrarían la manera de despojarla de sus preciados tesoros.
4. FIELES
Cuando su amante, que era casado, se enteró de que ella tenía otra pareja, le recriminó con rudeza su infidelidad. Ella le propuso un formato de relación en la que ambos estuvieran en igualdad de condiciones. Él no aceptó semejante humillación. Al cabo de tres meses, ella le mintió diciéndole que estaba soltera nuevamente. Volvieron a estar juntos. Para el quinto año de relación él agradeció su fidelidad con las llaves y el título de un nuevo nido de amor. Ella le renovó sus votos con la noticia de un embarazo. Aunque se había sometido a una vasectomía varios años atrás, él está convencido de que los milagros existen.
5. LA COMPAÑÍA SOÑADA
En esta empresa a los empleados se les suministraba diariamente una dosis de alcohol. Ni tanta para embriagarse ni tan poca para mantenerse conscientes ante el inmenso cúmulo de trabajo. A los diez años de servicio les aumentaban la dosis. A los veinte, cuando estaban hechos piltrafas, los cancelaban, justo cuando su adicción no les permitía exigir sus prestaciones laborales.
6. MISS MAMI
Decidió inscribir a su niña de tres años en un concurso de belleza infantil. Veía en su pequeña la belleza que la naturaleza le había negado a ella. Limpiaba casas, lavaba y planchaba para reunir la costosa inscripción. Su nenita perdió el concurso. Fue donde los jueces a pedir revisión. Ellos la miraron y se miraron. Reconfirmaron su sentencia y en silencio comentaron: "Esta niña es lo más parecido a un clon de su mamá".
7. LA VIDA SOÑADA
Tenía la capacidad de controlar lo que sucedía en sus sueños. Hacer que quienes le caían mal sufrieran grandes males y darles dicha a sus mejores amigos. La vida real le parecía tan aburrida que, en el trabajo, buscaba cualquier rincón discreto para echar a andar su mundo en placenteras siestas. Los fines de semana solo se levantaba para comer e ir al baño. En una ocasión se le olvidó que era lunes; al otro día se le olvidó también ir a sus labores; el miércoles a su jefa no se le olvidó cancelarlo. Se mudó a casa de sus padres y se volvió a dormir. Allí recuperó su trabajo, se casó, tuvo hijos y una vida plena. Lo único que le molestaba era levantarse a comer, pues su mujer le reclamaba sus sospechosas ausencias todos los días a la misma hora.
8. CARTA DESDE EL CIELO, A QUIEN LE PUEDA INTERESAR EN LOS CONFINES DEL INFIERNO
Míralo ahí, en la Duarte con París, limpiando parabrisas e inhalando del cemento una realidad de la que no es culpable. Regateándole al peletero el peso para completar el desayuno que se le vuelve verdad en forma de galletica. Aquí estoy yo, haciendo lluvia con mis lágrimas, al ver a mi hijo volviéndose paloma masculina, rogándole a Dios que allá, en el infierno donde vives, te mueras diariamente, porque una sola muerte no basta para pagarle a la vida un huérfano de diez años, hijo de un asesino suicida que lo dejó sin madre ni esperanzas ni futuro.
9. FELICIDAD MEDIOCRE
Me regocijo en el placer mezquino de haber encontrado en los pies de mi estufa el cadáver de un ratón. Sí, me alegro, con hermosa sorpresa, de que este hijo de su maldita madre que había subido hasta una cuarta planta para adueñarse de mi tranquilidad y de mi despensa, estuviera muerto... Tus afilados dientes quedaron en el terreno demoledor de mi ratonera. Se te acabó el show de frustrarme con tu habilidad de salir ileso de la trampa. Desde que ocupaste la cocina, tenía miedo de pisar tu territorio para calmar mi sed nocturna. Ya no eres tan grande como tus hazañas te hacían parecer. Llamaré a mi hermana para que el basurero que te vio nacer, se inunde con el olor de tu muerte. No lo hago yo porque reconozco que fuiste un hábil guerrero. Te ganaste dignamente el terror que aún siento con tu presencia.
Ibeth Guzmán (Cruce de Guayacanes, Valverde, 1983). Narradora, ensayista, docente e investigadora universitaria. Reside en Santo Domingo. Completó un Doctorado en Estudios del Español, Lingüística y Literatura en la PUCMM. Tiene una Maestría en la Enseñanza del Español en la Universidad de Alcalá de Henares. Ha publicado los libros de microrrelatos: Tierra de cocodrilos (Isla Negra, 2012), Yerba mala (Hojarasca, 2015), Tiempo de pecar (Isla Negra, 2017) y Tiempo para contar (2023). Es coautora de la antología Voces del valle (Ediciones Ferilibro, 2005) y autora de la antología de mujeres microrrelatistas: Mujer en pocas palabras (Letra Negra/Ferilibro, 2013).
Publicó por mucho tiempo una columna de comentarios críticos de literatura: Qué leer, en el periódico Listín Diario. Textos suyos han sido antologados en Meter un gol (Letra Negra, 2014) y Short Stop (Letra Negra, 2015), ambas antologías de microrrelatos.
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