El Club de la Lectura
Hablemos hoy de «El Conde de Montecristo» uno de los clásicos más populares de todos los tiempos, cuyo autor es el gran escritor francés Alexandre Dumas.
Esta obra que, desde su publicación en 1844, sigue cautivando a los lectores aun cuando fue escrita hace más de 170 años, por ser una trama cargada de intrigas y aventuras, además de ser considerado el mejor trabajo de Dumas.
El protagonista, Edmond Dantés, el joven marinero, honrado y cándido, que lleva una existencia tranquila, quiere casarse con la hermosa Mercedes, pero su vida se verá arruinada cuando su mejor amigo, Ferdinand, deseoso de conquistar a su prometida, le traiciona vilmente.
Una terrible injusticia se comete con el joven Edmond quien albergaba el sueño de ser el capitán de un barco y casarse con su bella novia catalana.
• «Hay dos miradas: La mirada del cuerpo puede olvidar a veces, pero la del alma recuerda siempre».
Condenado a cumplir una condena que no merece en la siniestra prisión del Castillo de If, Edmond vivirá una larga pesadilla que lo pondrá a prueba del mundo y de si mismo.
«Quizá tenía yo el corazón más débil que otro cualquiera, y he sufrido más que otros en mi lugar».
Dentro del Castillo de If también vive prisionero el Abate Faria, un viejo italiano que llevaba tiempo intentando escapar cavando un agujero, pero lo hizo del lado contrario y llego al calabozo de Edmundo tras intentar salir hacia el mar. Edmundo y el Abate Faria se hicieron amigos, a partir de este hecho ambos planean el escape de la isla.
• «No vencerá, necesariamente, el espadachín más fuerte. ¡Es la velocidad! Velocidad de la mano, velocidad de la mente». -Abate Faria.
Edmond obsesionado por su trágico destino, dejará de lado sus convicciones en torno al bien y al mal, y se dedicará a tramar la venganza perfecta.
• «Feliz, ¿Quién puede decir eso? La desgracia o la felicidad es secreto de las paredes, las paredes oyen, pero no hablan».
Historia transida, de densidad moral y cívica, «El conde de Montecristo» es, hoy como ayer, una novela amena, iluminadora y fascinante en sus múltiples dimensiones, con puntuales citas históricas, que tienen lugar en Francia, Italia y varias islas del Mediterráneo durante los hechos históricos de 1814-1838, como los Cien Días del gobierno de Napoleón I, el reinado de Luis XVIII de Francia, de Carlos X de Francia y el reinado de Luis Felipe I de Francia.
«El Conde de Montecristo», trata sobre todo temas asociados a la justicia, la venganza, la piedad y el perdón, contada a modo de aventuras, con el Mar Mediterráneo como telón de fondo.
• «Tienen algunas cosas tal aire de imposibles, que no se nos ocurre la idea de intentarlas, y hasta las evitamos instintivamente».
Edmundo, en su ingenuidad y torpeza inicial, y en su posterior fuerza de voluntad, es, ni más ni menos, un espejo nítido de lo absurda, caprichosa y voluble que puede llegar a ser la condición humana. De cualquier manera, como nos enseñó Edmundo Dantés hay que saber esperar.
• «No hay felicidad o infelicidad en este mundo; sólo hay comparación de un estado con otro. Solo un hombre que ha sentido la máxima desesperación es capaz de sentir la máxima felicidad. Es necesario haber deseado morir para saber lo bueno que es vivir».
Temas como la perseverancia y la fuerza psicológica y la supervivencia, hacen de «El Conde de Montecristo» una obra imperdible que hay que leer y releer.
«El Conde de Montecristo», de Alexandre Dumas.
Novela de aventuras, novela romántica y novela histórica.
Un clásico de la literatura universal.
SOBRE ALEXANDRE DUMAS
Celebremos a Alexandre Dumas Davy de la Pailleterie.
Novelista y dramaturgo francés, más conocido como Alexandre Dumas.
Nació en Villers-Cotterêts, Fr., el 24 de julio de 1802. Nieto del Marqués Antoine-Alexandre Davy de la Pailleterie casado con Marie-Céssette Dumas, una esclava negra de las islas Indias del Oeste de Santo Domingo.
Hijo de Thomas-Alexandre Dumas, un general a las órdenes de Napoleón Bonaparte, su madre fue Marie-Louise Labouret. Siendo a penas un niño de cuatro años, quedó huérfano de Padre.
Alexandre Dumas no recibió una buena educación académica, por lo que en 1823 decidió a marchase a París con algunas cartas de recomendación para los antiguos compañeros de su padre. Fue así como consiguió una plaza de escribiente en la secretaría del Duque de Orleáns, con un sueldo de 1,200 francos anuales.
Editó poemas y relatos largos, y representó vodeviles en teatros de variedades, pero el verdadero inicio de su carrera como dramaturgo se produjo en 1829, con Enrique III y su corte, primera manifestación de la nueva generación literaria romántica, anticipándose un año al Hernani, de Victor Hugo. El 30 de marzo de 1830 estrenó "Christine" en el Teatro Odeon, y “Antony”, en 1831, fue así como marcó los principios de una etapa de creación infatigable de dramas, tragedias y melodramas, casi todos de exaltación de la historia nacional de Francia.
Gran admirador de Walter Scott, a partir de 1832 escribió también novelas históricas, aprovechando el auge del género propiciado por su publicación por entregas en los periódicos. A pesar del poco éxito de sus primeras novelas, la aparición de “Los tres mosqueteros”, en 1844, significó su salto a la fama. Las sumas ingentes de dinero que se le ofrecían, dada la creciente demanda de sus novelas por parte del público, motivaron una verdadera explosión en la producción de Dumas. Trabajando incontables horas al día, y con la ayuda de varios colaboradores, llegó a producir ochenta novelas, de desigual calidad.
La mayoría de ellas pertenecen al género histórico o al de aventuras, en el que destaca sin duda “El Conde de Montecristo”. Sobre sale la gran calidad de su obra al crear intrigas, y la gran maestría del dominio de los diálogos, siempre ágiles y vivaces. Por esta razón sus obras eran representadas en teatro.
La enorme vitalidad de Dumas le llevó a probar todos los géneros de la literatura y, si bien es cierto que sus ensayos históricos no tuvieron mucha relevancia, la serie de sus “Impresiones de viaje” (1835-1859), en cambio, lo convirtió en el primer maestro del reportaje.
Realizó una breve incursión en el universo político; fue nombrado capitán de la Guardia Nacional parisina, pero se enemistó con Luis Felipe de Orleans, y, tras un estrepitoso escándalo en las Tullerías, rechazó el nuevo régimen y volvió a la literatura. Tras dos fracasos electorales sucesivos en marzo y junio de 1848, en 1851, huyendo más de sus acreedores que de Napoleón III, se exilió en Bélgica, donde redactó sus apasionantes y pintorescas memorias, y compuso nuevas novelas de aventuras.
Publicó aproximadamente 300 obras y numerosos artículos, convirtiéndose en uno de los autores más prolíficos y populares de Francia. Sus novelas van desde la aventura a la fantasía, pasando por la historia.
Alexandre Dumas era un romántico y tenía suerte para abordar a las damas y conquistarlas, en 1840, contrajo matrimonio con Ida Ferrer, actriz con la que estuvo casado hasta 1846. Tuvo muchas amantes y al menos cuatro hijos ilegítimos, uno de ellos, el también escritor Alejandro Dumas, autor de la novela “La dama de las camelias”.
Se sabe que gran parte de su fortuna la gastó en obras de arte.
En 1870 Alexandre Dumas se estableció en la casa de campo de su hijo Alexandre en Puys donde murió el 5 de diciembre de 1870 a causa de un infarto al corazón, a los 68 años.
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