sábado, 28 de octubre de 2023

CÓMO LEER LITERATURA

Ensayo por Terry Eagleton

¿Qué hace a un buen libro? ¿Cómo saber qué es un clásico? Estas y muchas otras preguntas responde el crítico literario Terry Eagleton con su libro Cómo leer literatura.

¿Cómo leer literatura? Esta es la pregunta que intentó responder en su libro Terry Eagleton, respetado en el mundo académico y reconocido como uno de los mejores críticos literarios del siglo XX. En esta obra, pretendió llegar al gran público que consume literatura.

Con un lenguaje despreocupado, carente de muchos términos especializados y con pocas referencias a movimientos y conceptos de los estudios literarios, Eagleton se acerca al análisis literario con ejemplos sobre todo del canon de la literatura inglesa, que van desde Shakespeare hasta J.K. Rowling, pasando también por otros escritores como Dante y Flaubert.

Para enseñarnos a leer literatura, Eagleton se centra en algunos aspectos clave y divide el libro en cinco capítulos: comienzos, personajes, narrativa, interpretación y valor. En estas cinco sesiones nos va llevando por diferentes tradiciones literarias y análisis siempre con un humor bien introducido, aunque a veces descachado, que hace la lectura un poco más terrestre, más asible.

Capítulo 1: Comienzos

Terry Eagleton comienza con los comienzos y nos hace saber aquí la importancia que le dan los autores y críticos a la primera impresión que pueda causar una obra.

No cabe duda de que los comienzos son una parte fundamental de las obras. Es allí donde se pueden introducir los personajes, el espacio o el tiempo de la obra, el tono y demás aspectos. Son tan relevantes los comienzos que los de muchas obras clásicas nos han quedado en la memoria colectiva, ¡incluso en las de quienes ni las han leído!

“En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astilleros, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor.”
(El ingenioso hidalgo Don Quijode de la Mancha – Miguel de Cervantes S.)

“Muchos años después frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo.”
(Cien años de soledad – Gabriel García Márquez)

“Es una verdad reconocida por todo el mundo que un soltero dueño de una gran fortuna siente un día u otro la necesidad de una mujer.”
(Orgullo y prejuicio – Jane Austen)

“Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo. Mi madre me lo dijo. Y Yo prometí que vendría a verlo cuando ella muriera.”

“El día que lo iban a matar, Santiago Nasar se levantó a las 5.30 de la mañana para esperar el buque en que llegaba el obispo.”
(Crónica de una muerte anunciada – Gabriel García Márquez)

En estos ejemplos vemos cómo se nos introduce en la obra a sus personajes, a su tiempo, a sus preocupaciones también.

En este punto Eagleton hace todo un análisis del tono, indicando que la obra literaria está definida por lo que dice en función de cómo lo dice. Es este cómo lo que indica el valor literario.

El lenguaje literario, como dice Erza Pound, está cargado de sentido hasta el grado máximo que sea posible, y en él se pueden indicar y sospechar muchas cosas.

Capítulo 2: Personajes

Los personajes son, sin duda, una parte muy importante en la literatura. Sin embargo, Eagleton nos hace ver que esto no fue siempre así. Anteriormente, por ejemplo, en las novelas épicas como La Iliada, o La Odisea, a pesar de que había héroes, personajes que quedaron en la memoria colectiva como Aquiles, Odiseo, etc., el énfasis se daba en la acción. Sus hazañas y logros eran la preocupación principal del narrador, lo que este quería hacer ver. El narrador no estaba precisamente enfocado en la construcción psicológica, el entramado o historia moral de sus personajes.

Esta preocupación se ha dado sobre todo en la modernidad, donde los escritores logran personificar una idea o toda una problemática en un personaje.

De los escritores que mejor hacen esto son, por ejemplo, los rusos. Raskolnikov de Crimen y Castigo, por ejemplo, vive esta lucha de la culpa que tiene por el asesinato que cometió. Durante toda su obra lo acompañamos en su agonía, y Dostoievski evidentemente le da más trascendencia a esta culpa de su personaje que como tal al evento del asesinato.

Levin en Ana Karenina de Lev Tolstói vive también una evolución de su carácter y su moral durante toda la obra.

Autores como Dickens, también logran personificar al extremo un rasgo de un personaje, construyéndolos a lo largo de sus obras. Pip en Grandes Esperanzas, por ejemplo, vive una evolución de su carácter y su moral desde pequeño hasta adulto.

La veracidad del personaje, cuanto nos logre cautivar y la simpatía o antipatía que tengamos hacia él, es ahora un tema importante en la creación ficcional, y la maestría del escritor se da en lograr configurar personajes que sintamos reales y con quienes nos podamos identificar.

¿Quién por ejemplo no ha odiado a Julien de Rojo y Negro, o amado a Sancho Panza, o se ha emocionado con Sherlock Holmes y sus deducciones, o deseado carnalmente a alguna de las mujeres de las novelas de Kundera?

Capítulo 3: Narrativa

El siguiente aspecto de la literatura que trata Eagleton es la narrativa. Cómo se cuentan las historias. El tiempo, la linealidad, los puntos de vista, los narradores. Todo está contemplado en este capítulo.

Quizás lo más interesante en este punto, es cómo Eagleton pasa por los diferentes movimientos literarios de los últimos siglos y nos señala cuáles eran las convenciones de cada uno a la hora de narrar. Así, en los relatos más antiguos, en los mitos creacionales, es decir, donde se narraba el origen de un pueblo, había un inicio y una linealidad.

Esto después fue cambiando hasta llegar a las obras modernistas y posmodernistas que en general tienden a interesarse más por las soluciones, en los desenlaces o, a veces, en la sola vivencia del problema.

Terry Eagleton también nos habla del cambio en el concepto de narrativa en el aspecto temporal, donde en la concepción clásica se concebía como un montón de sucesiones, de eventos lineales.
 
Posteriormente, en la concepción moderna, la narración es más bien como una red de acontecimientos. La temporalidad poco importa, porque lo que vale es señalar la incidencia de ciertos accidentes o eventos en el desenlace de una obra.

Aquí se habla también de la novela realista, de sus preocupaciones narrativas, donde el comienzo y el fin pierden protagonismo, la narración de eventos aleatorios que hacen preservar la realidad muy al estilo por ejemplo de Bolaño. En la novela realista un evento no necesariamente tiene un fin, una utilidad en la narración, sino que simplemente se da como un elemento que da más realidad. Esto pasa mucho en 2666 de Roberto Bolaño, donde a lo largo de la novela pasan cosas que solo pasan, literalmente. Se van y no dejan huella.

En este capítulo Eagleton hace una indicación importante y es que en la literatura no se puede confundir la voz del autor con la del narrador. En una obra puede el autor hacer que los personajes piensen o digan cosas de cierta manera que él necesariamente no comparte. Lo dice Rowling en El canto del Cuco u Orwell en 1984, etc.

La literatura es una forma de mostrar la realidad, no es un ensayo. Por eso no se puede decir muchas veces que cierto autor era machista, o que era nacionalista, marxista, leninista, cualquier ista. Las obras son un reflejo de la realidad, del tiempo y el espacio en la que se crean.

Capítulo 4: Interpretación

En esta parte, Terry Eagleton aborda la problemática de cómo interpretar un texto. Por eso acá hace énfasis en que la literatura no está ligada a un contexto concreto.

Las novelas aprovechan un contexto para imaginar un mundo de fantasía, pero la importancia de ese mundo no se limita a ese contexto. La ficción, la literatura, no atienden a la veracidad. Pueden usar elementos de la realidad. Se puede corroborar las características de un lugar a partir de una descripción en un libro, o se puede por ejemplo aprender algunas técnicas forenses en un libro policial, pero el valor de un libro de ficción no está en la veracidad de esa información, sino en cómo la usa y la articula el autor para crear una fantasía que se sostiene por sí sola, y en contribuir a ofrecer un punto de vista determinado.

Aquí Eagleton toma una obra y le hace muchos análisis posibles, muchos de ellos descabellados, por cierto, para demostrarnos que lo importante en la interpretación de una obra está en que todo lo que se interprete debe de encontrar un apoyo en el texto.

Terry Eagleaton señala que una manera de intentar captar un poema o una novela en conjunto consiste en investigar sus temas, es decir, las varias preocupaciones que encontremos en la obra. Sobre todo, si es reiterativo. Aquí toma como ejemplo a Grandes Esperanzas de Charles Dickens, a la que dedica varias páginas para analizar la obra desde muchos puntos.

Algo que el teórico literario también nos muestra en esta sesión es que las obras literarias no significan una sola cosa. Son capaces de generar amplios repertorios de significados, algunos de los cuales incluso varían a medida que cambia la historia, y puede que no todos respondan a una intención consciente.

Un ejemplo de esto está en 1984 de George Orwell, que recientemente volvió a tomar vida y a reinterpretarse teniendo como fondo el evento de la elección de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos, y cómo sus estrategias políticas tienen una correspondencia con las de El Gran Hermano de la obra de Orwell. En 1949, cuando Orwell publicó la obra, Trump tenía solo 3 años y no había ni pistas de lo que iba a ser.

Capítulo 5: El valor

El último y quizás más espinoso tema que toca Eagleton en su texto es la problemática de cómo saber cuándo una obra es valiosa.

El crítico comienza haciendo un repaso por los diferentes movimientos literarios en la historia y sus preocupaciones estéticas. Señala estos que valoraban como valioso en una obra e indica, por ejemplo, que en el siglo XVIII la originalidad era tratada con cierto recelo, la novedad era una especia de excentricidad y la imaginación creativa era algo peligrosamente cercano a la fantasía ociosa.

El Romanticismo toma una visión diametralmente opuesta al señalar que los hombres y las mujeres son espíritus creativos con el poder inagotable de transformar el mundo. Por consiguiente, la realidad es dinámica y no estática, y el cambio debe ser motivo de celebración y no de temor.

Después Eagleton señala que la obra de arte del Modernismo se opone a un mundo en el que todo parece estandarizado, estereotipado y prefabricado. El Modernismo intenta hacernos ver el mundo como algo nuevo, perturbar nuestras percepciones rutinarias en lugar de ratificarlas.

Luego el Posmodernismo no valora mucho la originalidad, la deja muy por detrás de la revolución e indica que sobre todo el arte es una reinterpretación, un reciclaje de otras obras. Para los románticos y los modernistas, el sentido del arte no es imitar la vida, sino transformarla.

Eagleton también nos advierte que los estándares de excelencia pueden diferir en distintos géneros, lugares y épocas. Por ello no es indicado juzgar una obra con los mismos criterios con los que se juzga a otra. Las estéticas son diferentes y los modos de expresión también. Cada género se propone algo, tiene una intención y suscita diferentes sentimientos en la audiencia.

Opinión

Cómo leer literatura es un libro imprescindible si queremos entender un poco el fenómeno de la literatura y su construcción. La lectura es muy sencilla, amena y por momentos divertida, gracias a algunas referencias que hace el mismo Eagleton.

Sin embargo, para aquellos que quieran análisis más densos, entender más sobre la crítica literaria o tener referencias más académicas, este libro ha de dejarlos un poco iniciados.

Esta no es por supuesto una falencia del libro como tal, porque la intención de este trabajo es claramente llegar al gran público y no precisamente a la academia, que encontrará más sosiego a su sed de conocimiento y rigor en los otros trabajos del crítico inglés.

Con todo, es un libro imprescindible si queremos conocer desde un punto de vista diferente la literatura, sus formas y sus mundos, y también, por qué no, ir conociendo un poco qué es la crítica literaria, cómo hacer una crítica literaria y algunos ejemplos de mano de Terry Eagleton, uno de los críticos más respetados.

Tomado de El Estante Literario

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