viernes, 27 de octubre de 2023

LLEGADA DEL INVIERNO

Poema por Salomé Ureña, poeta dominicana (1850-1897)
Una ofrenda de alabanzas a las particularidades de nuestro clima tropical…

Llegas en buena hora, más no presumas 
ser de estos valles regio señor 
que en el espacio mueren tus brumas 
cuando del seno de las espumas 
emerge el astro de esta región.

En otros climas, a tus rigores 
pierden los campos gala y matiz, 
paran las aguas con sus rumores, 
no hay luz ni brisas, mueren las flores, 
huyen las aves a otro confín.

En mi adorada gentil Quisqueya, 
cuando el otoño pasando va, 
la vista en vano busca tu huella: 
que en esta zona feliz descuella 
perenne encanto primaveral.

Que en sus contornos el verde llano, 
que en su eminencia la cumbre azul, 
la gala ostentan que al suelo indiano 
con rica pompa viste el verano 
y un sol de fuego baña de luz.

Y en esos campos donde atesora 
naturaleza tanto primor, 
bajo esa lumbre que el cielo dora, 
tiende el arroyo su onda sonora 
y alzan las aves tierna canción.

Nunca abandonan las golondrinas 
por otras playas mi hogar feliz: 
que en anchas grutas al mar vecinas 
su nido arrullan, de algas marinas, 
rumor de espumas y auras de abril.

Aquí no hay noches aterradoras 
que horror al pobre ni angustia den, 
ni el fuego ansiando pasa las horas 
de las estufas restauradoras 
que otras regiones han menester.

Pasa ligero, llega a otros climas 
donde tus brumas tiendas audaz, 
donde tus huellas de muerte imprimas, 
que aunque amenaces mis altas cimas 
y aunque pretendas tu cetro alzar, 
siempre mis aguas tendrán rumores, 
blancas espumas mi mar azul, 
mis tiernas aves cantos de amores, 
gala mis campos, vida mis flores, 
mi ambiente aromas, mi esfera luz.

BIOGRAFÍA DE SALOMÉ UREÑA DE HENRÍQUEZ (1850-1897)

El 21 de octubre de 1850 nace en la ciudad de Santo Domingo (República Dominicana), Salomé Ureña. Sus padres, Don Nicolás Ureña de Mendoza y Doña Gregoria Díaz de León, estimularon el estudio en la niña precoz, que se convertiría, más tarde, en una de las poetisas más grande de América. 

Estudió en las escuelas públicas de la época y su padre, hombre de vasta cultura, la guió al estudio sistemático de los clásicos castellanos. 

A los 20 años casó con Don Francisco Henríquez y Carvajal. De esta unión nacieron cuatro hijos: Francisco, Pedro, Max y Camila Henríquez Ureña. 

Sin descuidar sus composiciones poéticas, y animada por su esposo, fundó en 1881 el primer centro femenino de enseñanza superior: el “Instituto de Señoritas”. A los seis años de su fundación se graduaron las primeras seis maestras normales que tuvo la República Dominicana. 

Sus primeros versos los publicó, bajo el seudónimo de «Herminia», a los 17 años. Su estilo nítido y espontáneo se manifiesta muchas veces lleno de ternura, como ocurre en El Ave y el Nido y otras veces su verso se torna viril y patriótico como en A la Patria y en Ruinas. La poetisa cantó a su patria, a su panorama hermoso, a sus hijos, a las flores, a la isla entera, y como una ofrenda a nuestro clima, ofrece La Llegada del Invierno

Su vida fue corta. A los 47 años dejó de existir.


Estatua de Salomé Ureña en la zona colonial de Santo Domingo.

Salomé Ureña es considerada una de las grandes poetisas de América. En 1878 se le otorgó una medalla costeada por suscripción popular. Para el pueblo dominicano fue una gloria, y así se lo demostró en cada una de sus actuaciones civilistas. Cuando muere, el 6 de marzo de 1897, recibe de sus conciudadanos la más grande manifestación de dolor de que se haya tenido memoria en nuestra sociedad, como un homenaje a sus aportes. (José Marcano)



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