De tal forma aborrecía a las gentes feas, que cuando no podía evitar su presencia, prefería que estos les hablaran de espalda.
II. PEQUEÑEZ
Al ver la punta de un dedo en su ensalada, Chanchán, molesto, llamó a la mesera y le enseñó. Acto seguido, en vez de pedir disculpas, esta voceó: “Oíto, ya lo encontramos… ¡prepárate para ir a emergencia!”
III. DILEMA
— Para mejorar su salud, debe perder esa barriga, le dijo el médico
— ¿Y eso no afectaría mi equilibrio?, preguntó Anackleto
— ¿Y de dónde saca usted eso?
— Tengo un amigo que rebajó la barriga y a cada rato se estaba cayendo de espaldas... al perder la barriga había más peso atrás que en la parte delantera de su cuerpo, lo que se tradujo en pérdida de balance...
—Entonces, le voy a recetar una cadena gruesa con un ancla como contrapeso…
IV. FATALES
Al ver la alegría y las muestras de simpatía con que todos me señalaban y decían mi nombre, me sentí emocionado y, ¿por qué no?, halagado. La verdad es que la atención me pareció desmedida, pero tocó una fibra de mi ego que lo infló. Después me enteré que un desgraciado en la conversación había dicho, al tiempo que yo aparecía: “En todas las familias, hay por lo menos uno que sale aloqueteao”, y me señaló a mí.
V. NUNCA BEBO CUANDO ESTOY EN MARCHA
— Deme su licencia y papeles del vehículo, señor… ¿sabe usted por qué lo paramos?
— Ni puta idea tengo, mi querido correligionario oficial…
— Por manejar de forma errática y beber mientras maneja…
— Oh no… permítame que difiera de usted, mi muy apreciado, benevolente y celoso custodio del orden público… no manejo y bebo…
— ¿Y esa botella de Johnny Walker rojo destapada y a medio beber, de quién es?
— Es mía por supuesto, pero mientras manejo ni la veo… le juro, mi guardametas, que sólo bebo en los “stop signs”...
— Ciudadano… salga del vehículo, por favor...
—¿No es eso lo que dice la ley? … no beba mientras maneja…¿y quién los entiende?
Isaias Ferreira Medina
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