jueves, 3 de agosto de 2023

LAS PERTURBADORAS REMEMBRANZAS DE LAVINIA DEL VILLAR

Análisis por Francisco Almonte de la novela De Sueños, verdades y dudas: un susurro de recuerdos

Antes de navegar en las turbulentas aguas del análisis, se hace necesario aclarar que el presente escolio se le realiza a la obra ya preparada y publicada, no a la autora, a quien el escoliasta conoce muy bien y sobre la cual puede describir muchas admirables cualidades, que son productos de su formación, tanto hogareña como académica. La razón es la garantía de objetividad que debe exhibir el estudio literario. Sin embargo, como la obra es autobiográfica se hace imposible, en ocasiones, la omisión de la autora. El objeto de estudio lo constituye la novela De Sueños, verdades y dudas: un susurro de recuerdos (Santo Domingo: Ciliya, 2023, 120 pp), de la autoría de Lavinia del Villar, la cual es utilizada en este comentario para análisis, citas y paginación. 
El título de la novela es en efecto un recurso de anunciación del contenido del texto, a saber, los sueños hacen alusión a todas las expectativas que generan en el migrante el sueño americano. Por su lado, las verdades aluden a la dura realidad xenofóbica que enfrentan los migrantes latinoamericanos en los Estados Unidos. Las dudas provienen de la muerte de una niña en un parto de gemelas de una migrante en un hospital extranjero. Por su lado, el subtítulo aclara más el epígrafe general porque, mediante la estilización poética, las imágenes oníricas, las duras realidades y las mortificantes dudas cabalgan de manera infinita en el subconsciente de la madre afectada.
        En lo relativo a la estructura del contenido, el libro tiene, en sentido general, tres momentos espectaculares en el desarrollo de la acción, a saber, la vida del personaje principal antes del parto, durante el parto y posparto. La vida de la protagonista antes del alumbramiento transcurre con la normalidad propia de una mujer trabajadora, cumplidora de sus deberes tanto en su país natal como en el extranjero. Los sucesos durante el parto son los que generan incertidumbres porque culminan con la muerte de una de las gemelas. Los acontecimientos acontecidos en la etapa posparto convierten a la protagonista en una ruina mental, situación que perdurará durante toda su vida, porque los recuerdos se convierten en perseguidores implacables de su víctima.
        Algunas de las secciones del texto aparecen ilustradas por sugerentes poemas que aluden al amor maternal como simulación vital de la niña ida y mimo pueril a la infante viva. Otras son alusivas a la situación traumática por la que atraviesa la narradora. Toda la narración es interrumpida por retrospecciones de divagación mental y desplazamientos espaciotemporales que impiden la linealidad del tiempo, pero potencian los recuerdos con admirable valor estético. Algunas de esas piezas poéticas son intuidas por la autora.
        La narradora adopta una actitud intimista ante la realidad porque interviene en la patética situación que describe, expresa su estado anímico y da cuenta de su propia intimidad. Esa actitud interna intimista se revela en el siguiente fragmento ilustrativo:

Hace tiempo que deseaba compartir esta historia, tejida con pedazos de mi vida colocados furtivamente en mis pensamientos, que memorias hicieron su morada sin preguntar, y se quedaron allí sin mi permiso (p.21).

        Por otro lado, la postura de la autora ante la realidad que describe puede calificarse de objetiva, aunque constituye una valoración sentimental desde la subjetividad, que prevalece en la obra. El hecho objetivo provoca una mortificante postura intimista. La escritora susurra:

Hoy me atrevo a contarles partes de esas vivencias que, aunque aparentemente he dejado ir, están plasmadas en el recuerdo y me acusan de mentirosa, pues como dueñas y señoras salen cada vez que se les antoja reclamar que las saque a la luz y las reviva (ídem).

        En efecto,  como puede comprobar el amable lector, la historia está narrada magistralmente desde un punto de vista central porque el personaje principal, en primera persona, cuenta su propia historia. Tal punto de vista es llamado por el filólogo francés Gérard Genette como autodiegético porque el narrador es el protagonista de la historia que relata.
        El personaje narrador transmite el mensaje adoptando una disposición impresionista porque se vierte una situación desde el exterior al interior de la psique, una sublimación de lo externamente intuido, la representación de sensaciones provocadas en ella por la mala práctica médica. Las secuelas psicológicas provocadas por el parto son intuidas por la narradora mediante sus conocimientos psicoanalíticos, y denuncia la situación:

Lo que pasó en esa sala de parto aún navega de mi subconsciente a mi consciente en un ir y venir, tratando de olvidar los abusos de que fui objeto cuando mi cuerpo impotente y agotado se resistía a parir la segunda niña (p. 30).

        La cosmovisión que revela la autora en la obra es teocéntrica mediante la cual el mundo y todo lo existente son creados por una deidad todo poderosa, omnipotente y omnisciente que conoce hasta los pensamientos y actitudes de las personas, y funge como protector de quienes le profesen lealtad. Ella le llama Dios y aparece a todo lo largo de la historia.
        En lo relativo a la caracterización de los personajes, resulta evidente que el personaje principal es la autora quien narra en primera persona, como ya se ha establecido, toda la trama de la novela. Sobre ella recae toda la acción. Otro personaje importante es el esposo, quien se encarga del traslado al hospital de su esposa preñada, del cuidado de los hijos cuando sale del trabajo y en las indagatorias de registros de muerte en el cementerio y en el Departamento de Salud. Las personas clarividentes como el santero y las mentalistas constituyen muy buenas propuestas fictivas para el logro de verosimilitud en el relato porque refuerza la creencia existencial de la niña dada por muerta. Por lo demás, los familiares de la protagonista central realizan papeles secundarios como alicientes a la afligida madre. Los consejos de los padres son recordados en las distintas retrospecciones que ocurren en la narración. Solo una hermana es mencionada por su nombre: Bethania.
La idea central de la novela refiere los problemas a los cuales se enfrentan los migrantes indocumentados que viajan hacia Estados Unidos, específicamente en los años sesenta, setenta y ochenta como persecución y discriminación racial. Alude al sueño americano convertido en nostálgicas verdades, que se transmutan en dubitaciones y melancolías.
        Sin embargo, la idea secundaria engendrada por la idea central alude a una mala práctica médica que trae como consecuencia la pérdida de una criatura en una sala de parto, cuya supuesta muerte genera incertidumbre en el personaje central de la novela, una migrante dominicana. En realidad, la narración tiene como propuesta esta idea para el apropiado desarrollo de la acción. Perciba el lector el profundo desgarramiento interno producido en la madre por la muerte de la hija, en la siguiente ilustración:

El dolor de perder un hijo es un drama imposible de olvidar, se acepta, se maneja, se supera con el tiempo, pero se convierte en un recuerdo que llevas a cuesta por el resto de la vida, y en este caso donde los rincones de la verdad estaban oscuros, el afán de despejar el entramado mental le agregaba a ese sentimiento un aire dramático, casi psicótico. (p. 104).

        La acción se plantea en tres fases bien diferenciadas: planteamiento de la problemática, el nudo y el desenlace, las cuales se explican de forma inmediata. El planteamiento de la problemática se refiere a las peripecias confrontadas por una madre parturienta, cuyos síntomas del alumbramiento se presentan un mes antes del parto planeado. 
        En la fase del nudo, se revelan los distintos sufrimientos que padecen las mujeres parturientas, los cuales son descriptos magistralmente por la protagonista, fundamentada en partos anteriores. Las secuelas de daños psicológicos generados por el fatídico parto propician diversas y horrendas manifestaciones que aún perduran como un inquietante trauma en la psique del personaje central, entre algunas, se pueden destacar conflictos intrapersonales como la niña vive o está muerta, parto profesional o provocado, esterilidad versus procreación, demanda judicial versus pasividad y migración versus permanencia en el país natal. Sin embargo, el mayor de los conflictos lo confronta la protagonista con Dios, a quien reclama su hija perdida. El clímax de la acción se produce al momento de la muerte de la primera niña, la cual genera varios interrogantes en el cerebro maternal, luego de despertar de una situación de coma.
        La narración, expresada en un tono de tristeza, también hace alusión a la posibilidad de comercialización de la niña en el mercado de trata de niños, sugiriendo al lector que aún goza de vida en algún lugar de la tierra. Los indicadores de esa posibilidad vienen expresados en el mismo texto. Veamos algunos: las consultas médicas siempre las hizo sola, condición que la convertía en fácil presa; durante el parto, el médico insistía que era de una sola criatura pero grande, para justificar la mala práctica médica y para supuestamente negociar con una de las criaturas; el cadáver de la niña difunta nunca fue visto por la madre; en el cementerio en el cual fue enterrada la criatura no existían registros del deceso; así como los diagnósticos de los  clarividentes, en cuyas visiones se les revela la niña viva en otro lugar del mundo. 
        Todos estos indicios portadores de dudas se revierten en un mortificante trauma que atormenta la madre per infinita seculae seculorum. El desenlace de la acción se presenta como catarsis en el relato compartido con los lectores, que sirve de drenaje psicológico para la liberación de los impulsos reprimidos. El conformismo del desenlace es sublimado en emotivos versos por la narradora. Oigamos:

¡Adiós, hija amada!
Dondequiera que estés…
Te dejo ir. (p. 120).

        El libro tiene una importancia fundamental porque, entre otras razones, puede destacarse que los temas básicos que trata como la emigración de personas de un país menos desarrollado a otro más desarrollado; así como la trata de niños para venderlos en adopción a parejas sin vástagos constituyen temáticas de alcance universal, tan trascendentes que son sometidos a investigación por organismos internacionales. El contenido proyecta una denuncia patética y vigorosa sobre los abusos cometidos contra los derechos humanos de los emigrantes latinoamericanos por parte de un país más desarrollado, en la época señalada en el texto; si los migrantes tienen la condición de ilegales son sometidos a persecución, si entran legalmente son sometidos a humillante discriminación. Sin embargo, hay que admitir que en la actualidad las condiciones han experimentado mejoras para los emigrantes. 
        El texto debe ser de lectura obligada para aquellos que piensan desplazarse del país porque le sirve de guía de comportamiento en el exterior y les advierte sobre posibles problemas que puedan confrontar. En cuanto a la narración, está conducida con tanta agudeza intelectual y de manera tan ágil que captura inmediatamente la atención del lector, quien se siente motivado a la lectura de la novela de un tirón. Last but not least, la autora merece la felicitación de todos los lectores y amantes de la literatura por tan formidable producción literaria. Enhorabuena, Lavinia.

1 comentario:

  1. Exhaustivo y certero análisis. Enhorabuena! Acabo de leer la novela de un tirón. Sí, la narración es ágil y absorbente. Llena dos de las cosas que busco en una narración: que me toque emocionalmente y me haga reflexionar. La tercera, que me entretenga, no tiene cabida, pues el sufrimiento y los abusos de que es víctima la protagonista, es angustioso, no entretenido. Aplausos sinceros a la autora por su narrativa fluida, y nuestro respeto por tratar un tema íntimo y desgarrador.

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