El Club de la Lectura
Por Paty Rogel
Hablemos hoy de la novela más reconocida de la escritora chilena Isabel Allende, «La casa de los espíritus».
Publicada en 1982, en plena dictadura militar, la autora valientemente hizo una denuncia casi como un grito desesperado en medio de la noche.
Enclavada en el realismo mágico en la que conviven en una misma dimensión humanos y espíritus, en «La casa de los espíritus» se percibe la lucha por la libertad, los ideales y la tiranía del hombre, y la intensa vida de dos de los personajes femeninos de la historia.
* «De pronto se deslizó por el pasillo, al pasar por mi lado sus sorprendentes pupilas de oro se detuvieron un instante en las mías. Debí morir un poco. No podía respirar y se me detuvo el pulso».
Isabel Allende describe inicialmente la tragedia por la que pasó Esteban [Trueba] que quería casarse con Rosa del Valle, pero esta es envenenada involuntariamente por enemigos políticos de su padre, que es a quién estaba destinado el veneno. Consternado, Esteban decide marcharse a la hacienda familiar y reconstruirla. Diez años más tarde, tras haberla levantado con esfuerzo y ahínco, Esteban vuelve a reencontrarse con la familia Del Valle y se casa con Clara, la hermana menor de Rosa. Trueba se presentará como la figura del terrateniente despótico y paternalista.
Por otro lado, la familia Del Valle representa la clase aristocrática chilena. Sus hijas deben casarse con alguien promisorio y así de la unión de Clara con Esteban surge esta nueva sociedad que se va formando: la de la clase alta empresaria, terrateniente. Por otra parte, Clara, representa la figura de la mujer que busca su independencia dentro de un mundo dominado por los hombres.
* «Necesitan a un hombre para sentirse seguras y no se dan cuenta que lo único que hay que temer es a los mismos hombres».
También en cierta medida su madre, pero ésta última sólo reproduce el modelo de la mujer de clase alta que trata a los más humildes como si fueran personas sin decisión.
Pero Férula, la hermana de Esteban, se enamora también de ella y provoca una confrontación de la que es la hermana quien termina perdiendo.
* «Tal vez temía que ese grandioso amor, que había resistido tantas pruebas, no pudiera sobrevivir a la más terrible de todas: la convivencia».
Clara tiene tres hijos con Trueba. Los tres representan un modo de pensar dentro de la sociedad chilena. Jaime con sus ideas populares, su hermano Nicolás con sus ideas progresistas y Blanca, un ser apasionado que no le importarán las diferencias sociales ni el qué dirán. Ésta última, también debe someterse a lo que le dicta su padre y debe en cierto momento, casarse con alguien que no ama, sólo para guardar las apariencias.
De la unión de Blanca con Pedro Tercero, nacerá Alba, (otro de los personajes centrales de la historia). Estos personajes representan la juventud revolucionaria del año 1973. Alba como la niña que debe romper con los cánones establecidos por su clase social y Miguel (descrito más adelante) como el joven revolucionario involucrado a fondo con la lucha de clases establecida en su tiempo.
Finalmente, ambos personajes sucumbirán al golpe militar. La autora, en este sentido, aporta un punto de vista importante para saber acerca de ese período. Para ello utilizará a Alba. Ella sufrirá la tortura y el horror, aspectos que vivieron muchos de sus compatriotas.
* «Tenía la idea de que, al poner nombre a los problemas, éstos se materializan y ya no es posible ignorarlos; en cambio, si se mantienen en el limbo de las palabras no dichas, pueden desaparecer solos, con el transcurso del tiempo».
* «Entonces llamaba a su nieta con una campanilla de plata que siempre llevaba consigo y Alba acudía corriendo, la abrazaba y la curaba con susurros de consuelo, pues ambas sabían, por experiencia, que lo único que quita el asma es el abrazo prolongado de un ser querido».
Isabel Allende conjuga una serie de elementos para entregarnos una novela interesante que retrata parte de lo que fue Chile en la centuria pasada.
* «Aquí la locura se repartió entre todos y no sobró nada para tener nuestro propio loco de remate».
Cabe destacar la asombrosa narración del paisaje chileno, la sensible descripción de los sentimientos en medio de un país que atravesaba por un momento crítico; social y político.
* «Trató de volver a vivir ese momento, la tierra roja y húmeda, el intenso olor de los bosques de pinos y eucaliptos, donde el tapiz de las hojas secas se maceraba, después del largo y cálido verano, y donde la luz cobriza del sol se filtraba entre las copas de los árboles. Trató de recordar el frío, el silencio y esa preciosa sensación de ser los dueños de la tierra, de tener veinte años y la vida por delante, de amarse tranquilos, ebrios de olor a bosque y de amor, sin pasado, sin sospechar el futuro, con la única increíble riqueza de ese instante presente, en que se miraban, se olían, se besaban, se exploraban, envueltos en el murmullo del viento entre los árboles y el acantilado, estallando en un fragor de espuma olorosa, y ellos dos, abrazados dentro del mismo poncho como siameses en un mismo pellejo, riéndose y jurando que sería para siempre, convencidos de que eran los únicos en todo el universo en haber descubierto el amor».
Memoria, amor, realismo mágico, violencia, cambios sociales y políticos, contradicciones personales y sociales, venganzas, perdón y reconciliación se dan cita en la novela a través de las cuatro generaciones de una familia chilena, los Trueba Del Valle, cuya vida y avatares personales discurren desde finales del XIX hasta bien entrada la segunda mitad del siglo XX, culminando en la llegada de Salvador Allende al poder y el posterior triunfo del golpe de estado llevado a cabo por el ejército, con Pinochet a la cabeza, para desalojar del Palacio de la Moneda al presidente legítimamente constituido, a través de la fuerza.
Una novela de amor, odio, desorden social, historia narrada desde un punto de vista sensible, que a pesar de que las acciones, que paulatinamente se van revelando y desentrañando, Alba (hija de Blanca y nieta de Clara), se planteará en muchas ocasiones todas esas confusiones que han marcado a su familia y que siembra en el lector.
La mezcla de realidad y fantasía, en medio del destino, suerte o casualidad, aparecen fundidas y confundidas en esta obra, considerada la mejor obra de la escritora chilena.
En «La casa de los espíritus» el tiempo desaparece para convertirse en un paseo por la vida; y en donde cualquier objeto, por inverosímil que sea, puede tener vida propia.
«La casa de los espíritus» de Isabel Allende.
Novela de realismo mágico.
Recomendable.
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