lunes, 28 de agosto de 2023

FAHRENHEIT 451

Por Paty Rogel
El Club de la Lectura

Hablemos hoy de «Fahrenheit 451», la novela más reconocida del escritor de ciencia ficción estadounidense Ray Bradbury. Una de las distopías más famosas de todos los tiempos.

Ray Bradbury presentó esta obra en 1953, en la que nos describe la historia de una sociedad donde el trabajo de los bomberos es iniciar incendios para quemar obras literarias, ya que su posesión está en contra de la ley al defender que la lectura convierte en infelices a las personas. Pero la realidad es más compleja: el gobierno es consciente de que la lectura puede crear pensamientos individualizados, cuando ellos buscan que sea común, pacífico, sumiso, y fácil de manipular.

«Fahrenheit 451» hace alusión a la temperatura en la que el papel de los libros se inflama y arde. Esta fábula moralizante ha sido considerada como una gran obra anti utópica y acaso premonitoria.

        «No hace falta quemar libros si el mundo empieza a llenarse de gente que no lee, que no aprende, que no sabe».

En el relato de Bradbury se exponen de forma minuciosa las razones de la prohibición de los libros en boca del jefe de bomberos Guy Montag que es fiel a su trabajo, pero no es un hombre feliz, porque eso es algo que jamás se ha preguntado a sí mismo. Pensar es algo que está mal visto y la gente ha olvidado lo que es charlar, pasear, contemplar la naturaleza… Todos emplean el tiempo libre en actividades que liberan adrenalina o en ver televisión.

     «Llénalos de noticias incombustibles. Sentirán que la información los ahoga, pero se creerán inteligentes. Les parecerá que están pensando, tendrán una sensación de movimiento sin moverse».

Es un mundo donde los libros están prohibidos y los bomberos no son los encargados de combatir el fuego, sino que tienen la consigna de quemarlos, aquellos objetos vetados en la sociedad deben ser usados como combustible y Montag desempeña su labor ciegamente, destruyendo cuantos libros sean encontrados, en cuando descubre a alguien que esconde algunos ejemplares, tiene la orden de quemar su casa hasta los cimientos.

Frente a los argumentos de Montag se expone el punto de vista de un profesor que le aconseja y le explica las características positivas de la lectura. De este modo se desarrolla una reflexión que se enriquece con referencias a los clásicos.

     «Los años de universidad se acortan, la disciplina se relaja, la Filosofía, la Historia y el lenguaje se abandonan, el idioma y su pronunciación son gradualmente descuidados. Por último, casi completamente ignorados».
     «¿Comprende ahora por qué los libros son temidos y odiados? Revelan poros en la cara de la vida. La gente cómoda sólo quiere ver rostros de cera, sin poros, sin vello, inexpresivos».

También conoce a Clarisse, una adolescente que le hace muchas preguntas que le hacen poner en duda su obediencia ciega a la destrucción de la fuente de conocimiento.

     «–Oh, pero disponemos de muchas horas libres.
     –Horas libres, sí. ¿Pero tiempo para pensar?».

Tras la reflexión de Montag, éste tomará una decisión que va en contra de su profesión, arriesgándose a ser descubierto por sus propios compañeros de trabajo.

Fahrenheit 451 es una distopía, un mundo del futuro donde el conocimiento es reprimido y los libros deben ser exterminados, donde se castiga a quienes, en resistencia, aún son portadores de ellos. Ante este panorama, los pocos rebeldes permanecen ocultos y han adoptado un sistema para evitar la pérdida de los libros.

     «No hace falta quemar libros si el mundo empieza a llenarse de gente que no lee, que no aprende, que no sabe».

Esta novela nos hace pensar sobre la importancia de la lectura, la reflexión y la conversación.

     «Y por primera vez comprendí que detrás de cada libro hay un hombre».
     «Cuando muere, todo el mundo debe dejar algo detrás. Un hijo, un libro, un cuadro, una casa, un jardín plantado. Algo que tu mano tocará de un modo especial, de modo que tu alma tenga algún sitio a donde ir cuando tú mueras, y cuando la gente mire ese árbol o esa flor que tú plantaste, tú estarás allí».

«Fahrenheit 451» es una novela corta, de ritmo ágil, en la que hay suspense y acción, una obra de la que Ray Bradbury se sentía tan orgulloso que pidió que en su epitafio se leyera la frase: «Autor de Fahrenheit 451».

«Fahrenheit 451» de Ray Bradbury.
Novela de ciencia ficción.
Recomendable.



SOBRE RAY BRADBURY

Hoy celebramos a Raymond Douglas Bradbury, conocido como Ray Bradbury. Guionista, poeta, escritor, y dramaturgo estadounidense.

Nació en Waukegan, Illinois, el 22 de agosto de 1920. Ray Bradbury se graduó en la escuela secundaria en 1938, y se ganó la vida como vendedor de periódicos hasta 1942.

Comenzó a escribir desde niño, pero publicó su primera historia en 1938, en una revista de aficionados.
En 1943 dejó el trabajo de vendedor de periódicos y se dedicó a escribir a tiempo completo, publicando en diversos medios numerosos relatos breves, hasta que, en 1950, con la aparición de "Crónicas marcianas", así comenzó su ascendente fama literaria.

En sus páginas, que relatan los intentos de los terrestres por colonizar el planeta Marte, se reflejan las angustias y ansiedades que existían en la sociedad norteamericana de la década de los cincuenta, ante el peligro de una guerra nuclear.

Considerados un clásico de la ciencia ficción, este conjunto de relatos interdependientes recoge no sólo las vicisitudes de la colonización del planeta Marte sino también la caída de su civilización, abarcando un período comprendido entre 1999 y 2026.

En 1951 publicó uno de sus libros mayores, "El hombre ilustrado", compuesto por varios relatos de naturaleza fantástica, y dos años más tarde publicó la que se considera su obra maestra, "Fahrenheit 451", otro gran clásico de la literatura distópica del siglo XX, equiparable a Un mundo feliz, de Aldous Huxley, y a 1984, de George Orwell.

Bradbury advierte de los peligros y las amenazas que incumben a una sociedad enteramente automatizada, olvidada de los valores tradicionales de la cultura, y próxima al exterminio atómico. Consigue climas sardónicamente alucinantes en cuentos que revelan una creatividad adelantada a su tiempo, con casas robotizadas que realizan movimientos programados, en un mundo carente ya de vida, con importantes mensajes sobre el materialismo y la superficialidad de la humanidad.

Bradbury no sólo cultivó la ciencia ficción y la literatura de corte fantástico, sino que escribió también libros realistas e incluso incursionó en el relato policial. Su prosa se caracteriza por la universalidad, como si no le importara tanto perfeccionar un género como escribir acerca de la condición humana y su temática, a través de un estilo poético.

Precisamente por este rasgo algunos críticos no lo consideran un escritor de ciencia ficción (al modo del fundador del género, Julio Verne, ni tampoco al de contemporáneos como Isaac Asimov) y les resulta difícil catalogarlo en uno u otro campo de la literatura. Como ejemplo de ello suelen citarse relatos breves, muy sutiles y tiernos, como "Casa dividida" y "El robo del siglo", o la poética novela "El vino del estío" (1957). Además del problema de una guerra atómica, de la censura en un mundo por venir y del peligro implícito en las técnicas y la ciencia, trató temas más cotidianos como el racismo, el miedo a la muerte, el amor y la infancia.

Escribió también guiones de cine, como el de la película Moby Dick, así como guiones para series televisivas como Alfred Hitchcock presenta y La dimensión desconocida. En 1963 se publicaron sus obras teatrales, reunidas bajo el título "The Anthem Sprinters". Sus relatos cortos han sido incluidos en más de 700 antologías. Aparte de los mencionados, son también muy conocidos títulos como "El árbol de las brujas" (1972) o "Cementerio para lunáticos" (1990).

Ray Bradbury murió el 5 de junio de 2012 en Los Ángeles, California, a los 90 años.




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