San Canobi, San Marco Antonio y San Kino
FE INQUEBRANTABLE
— Hola, mamita… venga acá, preciosa… déjeme darle un besote... ¡abráceme fuerte! ... ¡Qué bien se ve, mi adoración!
— Ay, mijo, es que me ves con los ojos del alma…
— De veras, ¡te ves muy bien abuelita!…
— Ay, Tereso, ¡estos 92 pesan! … me doy masaje en un lado para calmar el dolor y me brota el dolor en cinco otras partes… jajaja
— Oiga, viejita hermosa, ¡pero el altar está cada día más lindo! ¡Esas luces tan serenitas que se ven, como tu alma buena abuelita!
— Es mi fe la que me tiene en pie…
— Veo que tienes santos nuevos… a ver, a ver… preséntamelos…
— Ya habías visto al santo padre San Juan Pablo II, y a la Madre Teresa, ¿verdad?…
— Esa es la Santa de La Gioconda, italiana, la protectora de los abandonados… ella se le apareció a los muchachitos que una madrasta desalmada dejó abandonados en el bosque, los salvó de las fieras y los llevó a un castillo de miel y piedras preciosas…
— ¿Y quién le contó a usted esa historia?
— El señor que me vendió los cuadros en el parque… esa santica me ha salido más dichosa y cumplidora de lo que te imaginas… en días pasados no me llegaban los cupones del welfare, se lo encomendé a ella… y al otro día me llegaron…
— ¿Sí? ... Y este es nuevo también, ¿quién es?
— San Canobi, el protector de los peregrinos perseguidos… también me lo vendió el vendedor ambulante del parque… me quería vender la espada que él usaba para espantar demonios, pero no quise comprarla…
—Y estos dos buenomozos, mamita, ¿se puede saber quiénes son y de qué la protegen?
—Este es San Marco Antonio, el Jesús mejicano, patrono de los perdidos de amor… y este es San Kino, el Cristo de la libertad…
— Mamá, mamá… siento decirte que te engañaron: la Gioconda no es santa, la Mona Lisa es un cuadro famoso de un pintor italiano llamado Leonardo da Vinci, y Canobi, tampoco es santo… es la imagen del actor Ewan McGregor que personifica a Obi-Wan Kenobi cuando era joven, de una película llamada "La guerra de las galaxias"… el tal San Marco Antonio, es un cantautor mejicano llamado Marco Antonio Solís y el tal San Kino, no es otro que el actor Keanu Reeves…
— Ay, Tereso, no vengas tú a querer quebrantar mi fe… yo creo en esos santos… ellos me ayudan y nadie, ni tú que quiero tanto, me va a hacer que deje de creer en ellos… tú crees en lo que tú quieras; a mí me dejas tranquila… te puedes ir… ¡sal de mi casa, demonio!
— Pero abuela…
— Nada, nada… tú y yo no tenemos nada de qué hablar… ¡fuera! … ¡a llevar malas vibras a otra parte!
Autor: Isaías Medina
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