"Incluso cuando hayas perdido un hijo o a tu esposa, nada te exime de tu
responsabilidad de ser feliz". Richard Ford
A Richard Ford no le incomoda que lo definan como un escritor político, aunque
Estados Unidos no sea más que el telón de fondo delante del cual se mueven los
personajes de sus novelas.
"Todo lo que ocurre en la vida íntima, incluso a pequeña escala, refleja
algo que sucede en la esfera pública", le dice a BBC Mundo desde Montana y adelanta que su próximo libro será un
ensayo sobre la escritura política.
Nacido en Jackson, Mississippi, en 1944, Ford es una figura indiscutida de las
letras, que integra la tradición de la gran novela americana del siglo XX. A
través de sus historias, se dedica a encontrar cierta esperanza racional en el
futuro en medio del declive lento de Estados Unidos.
Ganador del Pulitzer y el PEN/Faulkner a la Ficción por "El día de la
Independencia" (1996) y del Premio Princesa de Asturias de las Letras en 2016,
ha publicado nueve novelas, un libro de memorias y varios cuentos.
También ha sido profesor en el Williams College de Massachusetts y en las
universidades de Princeton, Harvard, Northwestern y Michigan, además de ser
miembro de la Academia Americana de las Artes y las Letras.
Frank Bascombe, su emblemático personaje de ficción que hizo su
aparición en "El periodista deportivo" (The Sportswriter) (1986) y se ha
convertido en mucho más que en el protagonista predilecto de sus novelas, se
despide en su último libro "Sé mía" (Be Mine) (2024).
BBC Mundo habló con Ford en el marco del festival Centroamérica Cuenta 2025,
que se realiza entre el 19 y el 24 de mayo en Guatemala.
Su última novela, "Sé mía", empieza pensando en la idea de la felicidad y
termina de la misma manera, incluso en momentos de mucho dolor para el
protagonista como puede ser la muerte de un hijo. ¿Por qué la felicidad?
Frank Bascombe, sobre todo después de la muerte de su hijo Paul, está mayor y
se queda bastante solo. Por eso creo que, a pesar de todo, trata de encontrar
la manera de ser feliz.
Ya hablando como Richard, y no como Frank, diría que de lo que se trata es de
tener la obligación de buscar la manera de que cada día importe, incluso
cuando hayas perdido mucho, como puede ser a un hijo, a tu esposa o no te
lleves bien con tu hija.
Eso no te exime de tu responsabilidad, si es que decides asumirla, de ser
feliz en este mundo.
¿Cree que a veces perdemos de vista esa búsqueda?
Bueno, al menos en Estados Unidos, se suponía que debíamos vivir en libertad
la búsqueda de la felicidad, pero si miras a tu alrededor en estos días, en
este país no ves tanta libertad ni tanta felicidad.
Entonces, hice lo que la ficción mejor sabe hacer: tomé la convención social y
la di vuelta, para que la felicidad sea algo real que uno pueda alcanzar por
uno mismo.
En lugar de andar siempre con una especie de angustia existencial sobre la
vida –que es una actitud que uno siempre tiene al alcance de la mano y que es
muy fácil de adoptar– quizá lo que deberíamos hacer es intentar ser felices.
No estúpidamente felices, sino consciente e intelectualmente felices, si es
posible. Puede que sea imposible, no sé, pero en una novela, tienes la opción
de ir en contra de las convenciones.
Su escritura tiene la habilidad poco usual de combinar una mirada crítica
sobre el estado de las cosas y, a su vez, optimista. ¿Cómo funciona esa
combinación?
Tanto en la literatura como en la vida, la felicidad y la tristeza, las dos
caras del drama, van casi siempre de la mano. Y eso me parece que representa
la expresión más plena de la vida.
A veces estamos tristes y a veces felices. A veces estamos tristes y reímos, a
veces estamos contentos y lloramos. Estas cosas son las que crean un buen
drama, porque realmente son estados que coexisten en nuestra vida cotidiana.
Hay una frase del escritor y crítico literario estadounidense Henry James que
dice que
no hay tema más humano que aquel que refleja, desde la confusión de la
vida, la estrecha conexión entre la felicidad y la tristeza, entre las cosas
que alegran con las cosas que duelen.
Y eso me lo tomo muy literal porque creo que el drama, que es lo que impulsa
una novela dramática, es más rico cuando logra combinar estas dos caras de
maneras inesperadas.
En su última novela, así como en muchos de sus libros, Estados Unidos
aparece como telón de fondo mientras en un primer plano se mueven los
personajes en sus vidas íntimas. ¿Cómo cree que se relaciona la vida privada
con lo que pasa allá afuera?
Bueno, actualmente estoy escribiendo un ensayo sobre la escritura política
porque pienso que soy un escritor político, aunque no escriba sobre política
directamente.
Creo que todo lo que ocurre en la vida íntima, incluso a pequeña escala,
refleja algo que sucede en la esfera pública.
Si lees a Aristóteles, verás que siempre dice que el Estado –sea lo que sea
eso– es un reflejo de la comunidad, de la vida íntima de quienes viven en un
nivel imperceptible dentro de él.
Para mí es axiomático que lo que digo cuando hablo, aquello que me preocupa,
aquello que amo se encontrará en gran medida en las altas esferas del
Gobierno, de la política y de la diplomacia de este país.
Lo que intento es recordarle al lector que esta vida que vivimos en nuestras
calles, en nuestros jardines y en nuestras casas tiene, en última instancia,
una dimensión política.
Y la razón por la que quiero recordárselo es porque, de esa manera, podría
prestarle más atención a su propio comportamiento y eso lo llevaría a entender
por qué puede sentirse alejado de la política aunque no podrá estarlo por
completo.
Porque lo que cada persona hace en su casa se refleja en la política.
Ya en "Entre ellos" (Between Them), un libro de memorias bellísimo, usted
puso a dialogar la idea de un Estados Unidos en decadencia que contrasta con
la calidez de una pareja, el amor de una familia, como aquello que parece
ser lo único que mantiene a las partes unidas...
Ese libro relata el momento en que vivía con mis padres en los dramáticos años
50, que no se suelen pensar como una época dramática pero en el sur del país
sí lo fueron en términos raciales.
Aquellas tensiones, las alegrías, las preocupaciones y los conflictos de esa
sociedad nos afectaron también a pequeña escala, y pensé que sería mejor
escribir sobre mis padres sin ir por estos grandes problemas sociales.
Pensé que sería mejor si lo hacía de esa manera, porque si intentaba
contrastarlo con las tensiones de la historia, terminaría por vaciar y
debilitaría lo que intentaba decir sobre ellos, sobre nosotros, que
sobrevivimos juntos, como una pequeña entidad de tres, en una época
complicada.
¿Es el mundo íntimo el lugar seguro en tiempos complicados?
Ese es el tema sobre el que estoy escribiendo el ensayo.
Me temo que la respuesta es sí y no: sí, a diario y a gran escala, pero no
creo que podamos escapar de la política, en este momento, en Estados Unidos.
Estamos todos agotados, pero eventualmente, con el tiempo, el agotamiento
tendrá que ser superado por un sentido de responsabilidad cívica.
Además, será que estoy viejo, pero me temo que las generaciones más jóvenes y
hasta quizá incluso la mía si vivo mucho tiempo, tendrán que volver a
involucrarse en la política.
Si uno mira Estados Unidos, así como otras partes del continente, parece
haber una parte de la opinión pública y de la política que se recuesta en
los dogmas, en los eslóganes, que va en contra al pensamiento crítico. ¿Le
preocupa eso?
Aunque vivamos tiempos en que a los ciudadanos se les quiera quitar la
responsabilidad del pensamiento, simplemente no podrán hacerlo. Eso nunca va a
funcionar.
Puedes suprimirlo por un tiempo, castigarlo por un tiempo, pero la gente va a
pensar. Finalmente, mirará lo que está frente a ellos y lo identificará.
No lo sé, pero es difícil para mí pensar que el impulso supresor perdure mucho
tiempo.
Parece que si criticas algo de Estados Unidos, estás en contra de ese
país...
Eso no es nuevo. Ya se ha escuchado decir: "O estás con nosotros o contra
nosotros". Bueno, lo siento, pero simplemente no es así: a veces puedo estar a
favor, a veces en contra.
Yo estoy a favor de este país, a pesar de que este país tiene todo tipo de
imperfecciones.
Tan solo tienes que ser lo suficientemente libre como para decir: "Me gusta
este país. Creo que vale la pena preservarlo, pero necesita ayuda, necesita
mejorar, necesita estar mejor".
A principios de 1990 usted fue muy crítico con lo que más tarde se llamó la
"cultura de la cancelación" de los sectores de izquierda. ¿Por qué?
Hace solo unos años, algunos sectores de la izquierda intentaban suprimir el
derecho de otros a expresarse. En otras palabras, era el mismo tipo de impulso
represivo, de impulso desautorizado, que normalmente asociamos con la derecha.
A mí no me gusta eso. No me gusta cuando la gente dice que si no eres negro,
no puedes escribir sobre gente negra. Ni me gusta cuando dices: si no eres
gay, no puedes escribir sobre gente gay.
Mi opinión es que si estás fuera de un grupo, a veces puedes ver dentro de
este con cierta claridad. No debes permitir que te silencien.
¿Cree que ahora vemos una respuesta conservadora bajo la consigna
"anti-woke" a esas posturas liberales o de izquierda?
Ya no sé qué es lo woke.
Cuando surgió como expresión pensé que tenía muchas cosas buenas que decir. Y
así lo era. No era otra cosa que una fuerza positiva que básicamente decía:
"Despierten, miren a su alrededor".
Por ejemplo, si se están prohibiendo libros: "¡Despierten!".
Pero, por desgracia, como suele ocurrir en la izquierda, toda esa posición ha
sido tomada por la gente de menor inteligencia.
En consecuencia, la derecha le robó la narrativa y se apoderó de lo que
significaba la cultura progresista y le atribuyó todo tipo de cosas
desagradables y malvadas, cuado lo que intentaba decir era:
"Despierten. Presten atención".
Por estos días, escuchamos la idea del pasado como un "lugar mejor", algo
que algunos autores han llamado "retrotopía", un anhelo de vuelta al
pasado...
Por eso es importante el pensamiento crítico. Hay que mirar al pasado para ver
qué ocurría realmente.
Por ejemplo, la Guerra Civil sucedió por la esclavitud. Esa es la verdad.
Ahora podemos escuchar decir que en verdad era por la economía pero no, era
por la esclavitud. Por eso, hay que pensar por uno mismo.
Yo no creo que el futuro sea menos atractivo que el pasado.
Por último, usted ha dicho que su último libro es la despedida de Frank
Bascombe, personaje que protagonizó gran parte de sus novelas. Además del
ensayo sobre la escritura política, ¿cuáles son sus próximos pasos?
Mira, poco después de publicar "Sé mía" (Be Mine), me tomé un largo tiempo
libre, algo que suelo hacer pero esta vez me ha llevado más tiempo del
habitual.
Así que, si vivo lo suficiente, me gustaría escribir una novelita cómica
porque creo que todos necesitamos aprender a reír de nuevo.
Lo anterior fue copiado de BBC Mundo News
¿QUIÉN ES RICHARD FORD?
Richard Ford es un escritor estadounidense nacido en 1944, conocido por sus
novelas y cuentos, y especialmente por su serie protagonizada por el personaje
Frank Bascombe. Ganador del Premio Pulitzer en 1996 por
El Día de la Independencia y del
Premio Princesa de Asturias de las Letras en 2016, es considerado uno
de los autores estadounidenses más importantes de su generación.
• Nacionalidad y fecha de
nacimiento: Estadounidense, nacido en Jackson, Mississippi, el 16 de febrero de
1944.
• Género: Novelista y autor de
cuentos.
• Obra destacada: La serie de
novelas que siguen la vida de Frank Bascombe.
• Premios:
o Premio Pulitzer
por El Día de la Independencia (1996).
o Premio Princesa de Asturias de
las Letras
(2016).
o Premio PEN/Faulkner.
• Relevancia: Es reconocido como uno de los grandes novelistas de su
época en Estados Unidos.
OBRAS
Novelas
• Un
trozo de mi corazón (A Piece of My Heart, 1976) Trad.: Mariano Antolín Rato,
Anagrama, 1992.
• La
última oportunidad (The Ultimate Good Luck, 1981).
• El
periodista deportivo (The Sportswriter, 1986). Primer libro protagonizado por
Frank Bascombe.
• Incendios (Wildlife, 1990) Trad.: Jesús Zulaika, Anagrama, 1991.
• El
día de la Independencia (Independence Day, 1995) Trad.: Mariano Antolín Rato,
Anagrama, 1996. Segundo libro protagonizado por Frank Bascombe.
• Acción de Gracias (The Lay of the Land, 2006). Trad.: Benito Gómez Ibáñez,
Anagrama. Tercer libro protagonizado por Frank Bascombe.
• Canadá (Canada, 2012) Trad.: Jesús Zulaika, Anagrama.
• Sé
mía (Be mine, 2023) Trad.: Damià Alou, Anagrama, 2024. Quinto libro
protagonizado por Frank Bascombe.
Colecciones de relatos y novelas cortas
• Rock
Springs, cuentos, 1987 (trad.: Jesús Zulaika, Anagrama, 1990)
• De
mujeres con hombres — Women with Men: Three Stories, tres relatos largos, 1997
(trad.: Jesús Zulaika, Anagrama, 1999)
• Pecados sin cuento — A Multitude of Sins, cuentos, 2002 (trad.: Damián Alou,
Anagrama)
• Francamente, Frank —Let Me Be Frank With You, cuatro novelas cortas sobre
Frank Bascombe, 2014:
• "I'm
Here", "Everything Could Be Worse", "The New Normal" y "Deaths of Others"
(trad.: Benito Gómez Ibáñez, Anagrama, 2015)
• Lamento lo ocurrido —Sorry for your trouble, cuentos (trad.: Damià Alou,
Anagrama, 2019)
Memorias y ensayos
• Mi
madre - My mother, in Memory (1988).
• Flores en las grietas. Autobiografía y literatura. Traducción de Marco
Aurelio Galmarini, Anagrama, 2012. Antología publicada en español.
• Entre
ellos. Recuerdos de mis padres — Between Them: Remembering My Parents (2017).
Incluye «Mi madre, in memoriam» y el inédito «Su muerte. El recuerdo de mi
padre».
Antología
• Vintage Ford, Vintage Books, New York, 2004. Contiene siete textos:
• «Communist» del libro Rock Springs; «Reunion» y «Calling», de A Multitude of
Sins; una selección de Independence Day; «The womanizer», de Women with Men;
«Rock Springs» del libro homónimo; y «My Mother, In Memory», publicado como
libro en 1988.
Guion
• El
despertar de un ángel — Bright Angel, 1990; película dirigida por Michael
Fields y protagonizada por Dermot Mulroney, Lili Taylor y Sam Shepard
Como antologador y editor
• The
Best American Short Stories, Houghton Mifflin Harcourt, 1990.
• The
Granta Book of the American Short Story, antología de cuentos estadounidenses
para la revista literaria Granta, 1992.
• The
Granta Book of the American Long Story, antología de nouvelles estadounidenses
para Granta, 1998.
• Complete Novels, de Eudora Welty. Edición de Ford y Michael Kreyling; Library
of America n.º 101, 1998.
• Stories, Collections, & Memoir, de Eudora Welty. Edición de Ford y
Michael Kreyling; Library of America n.º 102, 1998.
• The
Essential Tales of Chekhov. Selección de 20 relatos de Antón Chéjov, 1999.
• Antología del cuento norteamericano. Selección y prólogo. Antología del
relato norteamericano destinada especialmente al público de lengua castellana,
2002.
• The
New Granta Book of the American Short Story, nueva antología de cuentos
estadounidenses para Granta, 2007.
• Blue
Collar, White Collar, No Collar: Stories of Work, 32 relatos de corte obrero,
2011.
Premios y reconocimientos
• Time
selecciona a El periodista deportivo entre las cinco mejores novelas de 1986
• Finalista del Premio Faulkner 1987 con El periodista deportivo
• Time
selecciona a El periodista deportivo entre las 100 mejores novelas desde 1923
• Premio Rea 1995
• Premio Pulitzer 1996 por El día de la independencia
• Premio Faulkner 1996 por El día de la independencia
• Premio PEN/Malamud 2001
• Medalla Andrew Carnegie 2013 por Canadá
• Premio Femina Extranjero 2013 por Canadá
• Premio Princesa de Asturias de las Letras 2016
BIOGRAFÍA DE RICHARD
FORD en WIKIPEDIA
Richard Ford: "Tengo 80 años y no me importa si jamás vuelvo a escribir un
libro". Entrevista en El Nacional.Cat
Entrevista en El Conficencial.
Richard Ford presenta “Sé mía”, conversación en Infobae






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