miércoles, 8 de noviembre de 2023

HOMBRES DE MAÍZ

Novela de Miguel Ángel Asturias
Reseña crítica y biografía de Asturias por Paty Rogel
El Club de la Lectura

Hablemos hoy de la novela «Hombres de maíz» del escritor guatemalteco Miguel Ángel Asturias, Premio Nobel de Literatura 1967.

«Hombres de maíz», es una novela circular, porque retrata desde diversos ángulos los acontecimientos en una tierra rica en recursos, cultura, pero también en diversidad de intereses.

Desde el principio, «Hombres de maíz» entona una canción de amor a la tierra maya y sus habitantes, la novela podría entenderse como una epopeya cargada de todas las bellezas y deseos que exige el género, ya que hay en sus páginas amor, lealtad y camaradería, pero también barbarie, locura y un arcaico sentido del honor, teñido de sangre y violencia.

     «Si llueve, verá, hay filosofía, de lo contrario hay una demanda».

La mayor parte de la narración de los «Hombres de maíz» se lleva a cabo en el interior de la montaña y la jungla de Guatemala, solo como consecuencia de los cultivos de maíz o el espacio de reunión que representan las aldeas. En algún lugar del matorral, suspendido fuera del tiempo, está la Casa Pintada, una especie de templo subterráneo al que solo se accede en estados místicos de conciencia.

Su naturaleza misteriosa evoca la actividad creativa del inconsciente, un tema tan querido por los círculos surrealistas que Asturias frecuentaba en París y que a través de esta naturaleza majestuosa, es desplegada entre la vida cotidiana y la magia, con el sello de la magnífica creatividad de Miguel Ángel Asturias.

     «Los espejos son como la consciencia. Uno se ve allí como es, y como no es, pues quien se ve en lo profundo del espejo trata de disimular sus fealdades y arreglarlas para parecer a su gusto».

Los personajes de la novela, figuras y a la vez puentes, deambulan dando protagonismo en una cosmovisión dramática; el cacique rebelde Gaspar Ilom, el traidor Tomás Machojón, el envenenador Piojosa Grande, el impasible El coronel Godoy; el buen Tecún, el lúgubre Goyo Yic, y su hijastra que huyeron de María Tecún, el cartero Nicho Aquino, la taberna Aleja Cuevas, el arriero Hilario Sacayón. Una amalgama bien lograda entre ficción, historia, realidad dramática, naturaleza, con el telón de fondo de la vida campirana guatemalteca.

     «La que más lunares tenía era la nana de Martín Ilóm, el recién parido hijo del cacique Gaspar Ilóm. La que más lunares y más piojos tenía. La Piojosa Grande, la nana de Martín Ilóm. En su regazo de tortera caliente, en sus trapos finos de tan viejos, dormía su hijo como una cosa de barro nuevecita y bajo el coxpi, cofia de tejido ralo que le cubría la cabeza y la cara para que no le hicieran mal de ojo, se oía su alentar con ruido de agua que cae en tierra porosa».
     «Así decían los indios más viejos, con el movimiento senil de sus cabezas bajo las avispas. O bien decían, sin perder su compás de viejos: Antes que la primera cuerda de maguey fuera trenzada se trenzaron el pelo las mujeres».

De gran intensidad, Asturias incorpora una gran cantidad de imágenes, que, aparte de ingeniosas, son inusuales, que reflejan una gran riqueza creativa.

     «… jaguares vestidos con ojos, los grillos contaron las hierbas. La muerte es la oscura traición del aguardiente de la vida, tu mano de dinero con huesos que dejaste como limosna entre mis manos. Las arboledas escaparon en el ruido viajero que producían sus ramas en el viento, así como las filtraciones…»

«Hombres de maíz» contiene todo lo relacionado con el patrimonio etnográfico de Guatemala, una hermosa fotografía hecha prosa del trabajo de campo, la cocina popular, los ritos religiosos, la medicina tradicional, el ocio rural, todo esto con el marco del conflicto campesino, mestizo o indígena culturalmente europeizado, las comunidades mayas unidas a sus formas de vida tradicionales.

Es la lucha entre la tierra que es “también humana” y donde se esfuerza el campo “nahual”, la perspectiva natural de cada individuo que se puede encarnar en la forma de un animal, contra la visión moderna del entorno natural como un objeto de explotación.

     «Sembrado para comer es sagrado sustento del hombre que fue hecho de maíz. Sembrado por negocio es hambre del hombre que fue hecho de maíz».

Sin duda Miguel Ángel Asturias se consagra con esta novela como un gran escritor, novelista de alta literatura, logrando entrelazar la realidad con la fantasía, alcanzando así una de sus obras más significativas, considerada la gran novela guatemalteca.

«Hombres de maíz» de Miguel Ángel Asturias. Premio Nobel de Literatura 1967.
Novela de realismo mágico.
Fascinante.


CELEBRANDO A MIGUEL ÁNGEL ASTURIAS
Por Paty Rogel

Hoy celebramos a Miguel Ángel Asturias Rosales. Escritor, poeta y diplomático guatemalteco. Premio Nobel de Literatura 1967 y el de la Unión Soviética Lenin de la Paz, premio en 1966.

Nació el 19 de octubre de 1899 en Ciudad de Guatemala.

En 1923, después de recibir su título de abogado en la Universidad San Carlos de Guatemala, Asturias se estableció en París, donde estudió etnología en la Sorbona y se convirtió en militante surrealista bajo la influencia del poeta francés y líder del movimiento André Breton.

Su primera gran obra, "Leyendas de Guatemala" (1930), describe la vida y la cultura de los mayas antes de la llegada de los españoles. Esta obra le trajo el reconocimiento de la crítica tanto en Francia, como en su Guatemala natal.

A su regreso a Guatemala, Asturias fundó y editó El Diario del aire, una revista radial. Durante este periodo publicó varios volúmenes de poesía, comenzando con "Sonetos" (1936). En 1946 se embarcó en una carrera diplomática, sin dejar de escribir durante su servicio en varios países de América Central y del Sur. De 1966 a 1970 fue embajador de Guatemala en París, donde fijó su residencia permanente.

En la década de 1940 el talento y la influencia de Asturias como novelista comenzó a surgir con su apasionada denuncia del dictador de Guatemala Manuel Estrada Cabrera, "El Señor presidente" (1946), después vino "Hombres de maíz" (1949), novela que generalmente se considera su obra maestra.

Asturias representa la miseria aparentemente irreversible del campesino indio. Otro aspecto de la miseria, la explotación de los indios en las plantaciones de banano, aparece en la trilogía épica que comprende las novelas "Viento Fuerte" (1950), "El papa verde" (1954), "Los ojos de los Enterrados" (1960), "El alhajadito" (1961), "Mulata de tal" (1963), "Maladrón; Epopeya de los Andes verdes" (1969), "Viernes de dolores" (1972). También escribió cuentos como: "Rayito de estrella" (1925), "Leyendas de Guatemala" (1930), "Week-end en Guatemala" (1956), "Clarivigilia primaveral" (1965), "El espejo de Lida Sal" (1967), "Tres de cuatro soles" (1971).

Escribió teatro, un par de libretos para ópera, poesía entre las que destacan: "Rayito de estrella; fantomima" (1929), "Poesía: Sien de alondra" (1949), "Bolívar: Canto al Libertador" (1955), "Nombre custodio e imagen pasajera" (1959), "Sonetos de Italia" (1965).

También escribió ensayos: "Sociología guatemalteca: El problema social del indio". Tesis. (1923), "La arquitectura de la vida nueva" (1928), "Carta aérea a mis amigos de América" (1952), "Rumania; su nueva imagen" (1964), "Latinoamérica y otros ensayos" (1968), "Comiendo en Hungría" —relato de viajes, coescrito con Pablo Neruda (1969), "América, fábula de fábulas y otros ensayos" (1972).

Los escritos de Asturias fueron recogidos en los tres volúmenes "Obras completas" (1967). Fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura "Por sus logros literarios vivos, fuertemente arraigados en los rasgos nacionales y las tradiciones de los pueblos indígenas de América Latina". El surrealismo tuvo una influencia importante en las obras de Asturias. Caracterizado por su exploración de la mente subconsciente, el género permitió a Asturias cruzar los límites de la fantasía y la realidad.

Aunque las obras de Asturias fueron generalmente consideradas como precursores del realismo mágico, el autor vio muchas similitudes entre ambos géneros. Al discutir la idea del realismo mágico en sus obras, vincula el género explícitamente al surrealismo. Sin embargo, no utilizó el término para describir su propia obra. En cambio, lo usó en referencia a las historias mayas que predatan la conquista de América por los europeos, historias como el Popol Vuh o los Anales de los Xahil.

Su producción literaria combina la mística de los Mayas con un impulso épico hacia la protesta social, toda su obra, resume las aspiraciones sociales y morales de su pueblo.

Miguel Ángel Asturias murió en Madrid el 9 de junio de 1974, víctima del cáncer, a los 74 años. Sus restos reposan en el cementerio de Père Lachaise en París.




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