miércoles, 22 de noviembre de 2023

EL RETRATO DE DORIAN GRAY

Novela por
Oscar Wilde
Reseña y biografía por Paty Rogel
El Club de la Lectura

Hablemos hoy de «El retrato de Dorian Gray», la única novela escrita por el escritor irlandés, Oscar Wilde, quien tuvo una prolífica obra como dramaturgo y cuentista.

Esta obra es una novela filosófica que representa la obsesión sobre el poder de la juventud y la belleza. Es, al mismo tiempo, una reflexión sobre la naturaleza del arte y la estética.

Publicada por primera vez en 1890, «El retrato de Dorian Gray», narra la amistad y experiencias entre el pintor Basil Hallway luego de que retrata a Dorian Gray. La obra comienza con un prefacio filosófico que bien vale analizar.

     «El vicio y la virtud son los materiales del artista. Desde el punto de vista de la forma, el modelo de todas las artes es el arte del músico. Desde el punto de vista del sentimiento, el modelo es el talento del actor».

Posteriormente, en el primero y segundo capítulos está la clave de toda la trama. Lord Henry Wotton induce al joven y apuesto Dorian Gray al hedonismo y le abre los ojos ante la brevedad de la juventud. Basil imprime en el lienzo su obsesión y adoración por la belleza de Dorian y lo baña en halagos. Inquieto por aquellas ideas, Dorian Gray se entristece al ver el retrato terminado:

     «–Sentémonos a la sombra –dijo lord Henry–. Parker nos ha traído las bebidas, y si se queda usted más tiempo bajo este sol de justicia se le echará a perder la tez y Basil nunca lo volverá a retratar. No debe permitir que el sol lo queme. Sería muy poco favorecedor».
     «¡Qué triste resulta! ―murmuró Dorian Gray, los ojos todavía fijos en el retrato―. Me haré viejo, horrible, espantoso. Pero este cuadro siempre será joven. Nunca dejará atrás este día de junio… ¡Si fuese al revés! ¡Si yo me conservase siempre joven y el retrato envejeciera! Daría…, ¡daría cualquier cosa por eso! ¡Daría el alma!»
     «La gente dice a veces que la belleza es sólo superficial. Tal vez. Pero, al menos, no es tan superficial como el pensamiento. Para mí la belleza es la maravilla de las maravillas. Tan sólo las personas superficiales no juzgan por las apariencias. El verdadero misterio del mundo es lo visible, no lo que no se ve… Sí, señor Gray, los dioses han sido buenos con usted».

Poco después, el pintor Basil Hallway envía el retrato a casa de Dorian, al sentir que había puesto demasiado de su alma en él, y que, por lo tanto, era incapaz de destinarlo a una exposición.

Dorian Gray se enamora de la joven y bella actriz Sibyl Vane. Desde que la conoce, asiste todas las noches al teatro para verla actuar en diferentes obras, todas ellas de Shakespeare. El joven decide invitar a sus amigos, Basil y lord Henry, al teatro para que la conozcan. Pero aquella noche, Sibyl actúa pésimamente en el rol de Julieta, haciendo que la mitad del público, incluyendo a los invitados de Dorian, se retirasen antes de terminar.

Dorian visita a Sibyl tras bastidores después de la función y le reclama. Sibyl, le explica que, al haber conocido el verdadero amor, no lograba representarlo mediante personajes falsos, menos personificados por malos actores. El joven, furioso, le dice que con esa mala actuación había matado su amor, y termina la relación abruptamente.

Ya en su casa, Dorian se detiene a observar con atención su retrato. Al fijar la mirada, nota un cambio casi imperceptible en el canto de la boca: parecían las marcas de una sonrisa cruel. Es la primera vez que sospecha que su deseo podría haberse convertido en realidad. Con miedo de las consecuencias, esconde el cuadro.

     «Después de quitarse la flor que llevaba en el ojal de la chaqueta, pareció vacilar. Finalmente regresó a la biblioteca, se acercó al cuadro y lo examinó con detenimiento. Iluminado por la escasa luz que empezaba a atravesar los estores de seda de color crema, le pareció que el rostro había cambiado ligeramente. La expresión parecía distinta. Se diría que había aparecido un toque de crueldad en la boca. Era, sin duda, algo bien extraño».

Al día siguiente, Dorian lamenta lo sucedido, y decide disculparse con Sibyl y cumplir su promesa de casamiento. Pero, en una visita, lord Henry le comenta que Sibyl ha muerto. En efecto, la joven se suicida al beber un vaso con materiales tóxicos, lo que despierta la sed de venganza de su hermano, James Vane.

Para consolar a Dorian, lord Henry le presta un libro sobre los pecados del mundo en diferentes épocas. El protagonista era un “parisino con temperamento romántico y científico extrañamente combinados”, y “contenía la historia de su vida, escrita antes de que él la hubiera vivido.”

Dorian tomó el libro como un manual. Entre tanto, los estragos físicos de su estilo de vida y sus acciones, cada vez más viles, eran absorbidos por su retrato, guardado a llave en el sótano. Hasta los 38 años, Dorian había logrado mantener su inmaculada belleza y juventud, con la cual provocaba a los otros a disfrutar del placer sin consecuencias, arrastrándolos hacia su ruina final.

     «Dejándose caer sobre una silla empezó a pensar. De repente, como en un relámpago, se acordó de lo que dijera en el estudio de Basil Hallward el día en que el pintor concluyó el retrato. Sí; lo recordaba perfectamente. Había expresado un deseo insensato: que el retrato envejeciera y que él se conservara joven; que la perfección de sus rasgos permaneciera intacta, y que el rostro del lienzo cargara con el peso de sus pasiones y de sus pecados; que en la imagen pintada aparecieran las arrugas del sufrimiento y de la meditación, pero que él conservara todo el brillo delicado y el atractivo de una adolescencia que acababa de tomar conciencia de sí misma. No era posible que su deseo hubiera sido escuchado. Cosas así no sucedían, eran imposibles. Parecía monstruoso incluso pensar en ello. Y, sin embargo, allí estaba el retrato, con un toque de crueldad en la boca».

Con el tiempo, Dorian gana una terrible reputación. Tras años sin verlo, el pintor Basil Hallway recrimina a Dorian ante los comentarios de la gente. Dorian le dice que es su culpa y lo lleva a ver el cuadro. Basil se horroriza ante la terrible imagen y arrastra a Dorian al escritorio para rezar por su absolución. Pero Dorian, tras un impulso irresistible, apuñala a Basil a traición.

     «En una ocasión, alguien que le había amado apasionadamente le escribió una carta que concluía con esta manifestación de idolatría: «El mundo ha cambiado porque tú estás hecho de marfil y oro. La curva de tus labios vuelve a escribir la historia». Aquellas frases le volvieron a la memoria, y las repitió una y otra vez. Luego su belleza le inspiró una infinita repugnancia y, arrojando el espejo al suelo, lo aplastó con el talón hasta reducirlo a astillas de plata. Su belleza le había perdido, su belleza y la juventud por la que había rezado».

Dorian se deshace de todas las pruebas que lo incriminan. Meses más tarde, con la conciencia intranquila, decide dar un último paso para su liberación: matar la obra y "todo lo que significaba". Así, toma el puñal con el que había matado a Basil y atraviesa el lienzo. Dorian cae al suelo dando grandes alaridos. Cuando los criados suben a la habitación, el cuerpo de un viejo yace en el suelo con un puñal en el corazón.

     «En el interior encontraron, colgado de la pared, un espléndido retrato de su señor tal como lo habían visto por última vez, en todo el esplendor de su juventud y singular belleza. En el suelo, vestido de etiqueta, y con un cuchillo clavado en el corazón, hallaron el cadáver de un hombre mayor, muy consumido, lleno de arrugas y con un rostro repugnante. Sólo lo reconocieron cuando examinaron las sortijas que llevaba en los dedos».

Esta bella obra representa una tensión entre la moral y el hedonismo. Pero esta no es la única cuestión, ni se presenta aisladamente. Wilde convierte el retrato de Dorian Gray en un símbolo del arte como espejo de las acciones de los hombres. De manera que el efecto estético: el amor por la belleza física aparece acompañado de una significación moral, a la cual seguirá la autoconciencia.

     «Quienes descubren significados ruines en cosas hermosas están corrompidos sin ser elegantes, lo que es un defecto. Quienes encuentran significados bellos en cosas hermosas son espíritus cultivados. Para ellos hay esperanza». (Prefacio).

¿Qué representa Dorian? Representa el exceso del esteticismo y del hedonismo. ¿Qué lo impulsa?
A Dorian Gray se le plantea este conflicto existencial desde que tiene conocimiento de la muerte inminente, pero es lord Henry quien despierta en él el horror a la muerte y, más aún, a envejecer...

El proceso al que asistimos con el personaje de Dorian Gray es, ciertamente, un proceso de envilecimiento impulsado por el temor ante la muerte inevitable, pero sobre todo ante la pérdida de la belleza, fuente de su poder e influencia social.

Así pues, Wilde introduce una cuestión compleja: el poder simbólico que deriva de la relación entre la belleza y la juventud.

Dorian Gray, cuya belleza y juventud despierta la admiración de todos, desdibuja su humanidad sin que nadie pueda percibirlo.

Por medio de la reflexión estética, Oscar Wilde logra interrelacionar la moral, el hedonismo, el poder, la juventud, la belleza y la condición humana y psicológica en una pieza maestra, una obra de arte por excelencia, un clásico de la literatura universal.

     «El artista es creador de belleza. Revelar el arte y ocultar al artista es la meta del arte». (Prefacio).

El retrato de Dorian Gray, de Oscar Wilde.
Novela gótica.
Un clásico de la Literatura universal.
Magnífico.


CELEBRANDO A OSCAR WILDE
Por Paty Rogel

Hoy celebramos a Oscar Fingal O'Flahertie Wills Wilde, mejor conocido como Oscar Wilde. Dramaturgo, escritor y poeta irlandés.

Nació en Dublín, Irlanda, el 16 de octubre de 1854. Hijo del cirujano William Wills-Wilde y de la escritora Joana Elgee. Oscar Wilde tuvo una infancia tranquila y sin sobresaltos. Estudió en la Portora Royal School de Euniskillen, en el Trinity College de Dublín y, posteriormente, en el Magdalen College de Oxford, centro en el que permaneció entre 1874 y 1878 y en el cual recibió el Premio Newdigate de poesía, que gozaba de gran prestigio en la época.

Oscar Wilde combinó sus estudios universitarios con viajes (en 1877 visitó Italia y Grecia), al tiempo que publicaba en varios periódicos y revistas sus primeros poemas, que fueron reunidos en 1881. Al año siguiente emprendió un viaje a Estados Unidos, donde ofreció una serie de conferencias sobre su teoría acerca de la filosofía estética, que defendía la idea del «arte por el arte» y en la cual sentaba las bases de lo que posteriormente dio en llamarse dandismo. A su regreso, Oscar Wilde hizo lo propio en universidades y centros culturales británicos, donde fue excepcionalmente bien recibido. También lo fue en Francia, país que visitó en 1883 y en el cual entabló amistad con Verlaine y otros escritores de la época.

En 1884 contrajo matrimonio con Constance Lloyd, que le dio dos hijos, quienes rechazaron el apellido paterno tras los acontecimientos de 1895. Entre 1887 y 1889 editó una revista femenina, la Woman's World, y en 1888 publicó un libro de cuentos, "El príncipe feliz", cuya buena acogida motivó la publicación, en 1891, de varias de sus obras, entre ellas "El crimen de lord Arthur Saville".

El éxito de Wilde se basaba en el ingenio punzante y epigramático que derrochaba en sus obras, dedicadas casi siempre a fustigar las hipocresías de sus contemporáneos. Así mismo, se reeditó en libro una novela publicada anteriormente en forma de fascículos, "El retrato de Dorian Gray", la única novela de Wilde, cuya autoría le reportó feroces críticas desde sectores puritanos y conservadores debido a su tergiversación del tema de Fausto. No disminuyó, sin embargo, su popularidad como dramaturgo, que se acrecentó con obras como "Salomé" (1891), escrita en francés, o "La importancia de llamarse Ernesto" (1895), obras de diálogos vivos y cargados de ironía. Su éxito, sin embargo, se vio truncado en 1895 cuando el marqués de Queenberry inició una campaña de difamación en periódicos y revistas acusándolo de homosexual. Wilde, por su parte, intentó defenderse con un proceso difamatorio contra Queenberry, aunque sin éxito, pues las pruebas presentadas por este último daban evidencia de hechos que podían ser juzgados a la luz de la Criminal Amendement Act.

El 27 de mayo de 1895 Oscar Wilde fue condenado a dos años de prisión y trabajos forzados. Las numerosas presiones y peticiones de clemencia efectuadas desde sectores progresistas y desde varios de los más importantes círculos literarios europeos no fueron escuchadas y el escritor se vio obligado a cumplir por entero la pena. Enviado a Wandsworth y Reading, donde redactó la posteriormente aclamada "Balada de la cárcel de Reading", la sentencia supuso la pérdida de todo aquello que había conseguido durante sus años de gloria.

Recobrada la libertad, cambió de nombre y apellido, adoptó los de Sebastian Melmoth y emigró a París.

Durante su cautiverio, Wilde también escribió “De profundis”, una extensa carta de amor destinada a Alfred Douglas. En ese texto, Wilde se muestra arrepentido por su forma de vida anterior y deja entrever que, una vez que ha alcanzado el cielo y bajado a los infiernos, espera conseguir una especie de renacer.

"Todo santo tiene un pasado y todo pecador tiene un futuro", escribió una vez.

Su mujer cambió el apellido a sus hijos por Holland e incluso lo borraron de la autoría de La importancia de llamarse Ernesto, que todavía seguía representándose en el teatro. Wilde jamás volvió a utilizar su verdadero nombre, tampoco volvió a escribir.

Arruinado, enfermo y alcohólico, Wilde sobrevivía con el poco dinero que pedía prestado a sus amigos y que jamás devolvía. Rodeado de unos cuantos amigos, que le acompañaron hasta sus últimos momentos.

Oscar Wilde murió el 30 de noviembre de 1900, a los 46 años. Sólo póstumamente sus obras volvieron a representarse y a editarse. En 1906, Richard Strauss puso música a su drama Salomé, y con el paso de los años se tradujo a varias lenguas la totalidad de su producción literaria.

Oscar Wilde, el genio irlandés, es hoy una figura reivindicada. Una de sus frases sirve como testamento de su existencia: "La vida es demasiado importante como para tomársela en serio".



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