Extractos y Fragmentos - 21
Leer la obra de los buenos escritores es, por supuesto, un nutriente para desarrollar tu estilo cuando eres joven. Después de que has llegado, sin embargo, aparece un punto donde perversamente, o por necesidad, no deseas leer demasiado. Se vuelve imposible mirar cada buena novela que aparece. Si estás tratando de hacer tu propia escritura, distrae. Por lo general, te mantienes apartado de la obra de los contemporáneos durante un año o dos seguidos: esto ahorra mucho tiempo de lectura. Es asombroso cuántas novelas muy promocionadas desaparecen en dieciocho meses.
La fuerza subyacente en la reseña de libros es el periodismo. El encargado de las reseñas de libros tiene una sección que él espera hacer interesante. Si, por dos o tres días, un periódico está ocupado en noticias acerca de un asesinato, uno puede estar seguro de que es tratado implícitamente como el asesinato más excitante de los últimos veinte años. Lo mismo pasa con las novelas de guerra, las primeras novelas, las novelas sobre la homosexualidad o la política, las novelas de autores del establishment y las novelas históricas. Si yo tuviera un capítulo de una novela por cada reseña que he leído sobre una nueva novela de guerra que decía que era tan buena como Los desnudos y los muertos o De aquí a la eternidad, tendría cincuenta capítulos. Uno nunca sabe, por supuesto. Tal vez unos pocos de esos libros son tan buenos como se dice, y hasta si han desaparecido desde entonces, surgirán otra vez dentro de diez o veinte años o dentro de un siglo, pero es sensato pasar por alto lo que se dice de un libro cuando aparece por primera vez. Hay demasiado interés personal y directo en las opiniones iniciales, y demasiado amiguismo. El encargado de una sección de reseñas de libros, por supuesto, no está comprado por el Club del Libro del Mes o la Guía Literaria, pero, por otra parte, es posible que el encargado no dé más de dos o tres malas reseñas al año a las elecciones del club de libros. Tampoco es distinta su actitud cuando se trata de elegir al reseñador de la novela que una importante firma editora ha elegido como su gran libro de la temporada. Si se tiene en cuenta lo malos que pueden ser esos libros, es impresionante la atención que reciben. La tarea (dado que una sección de reseñas, dependiente de la tradición local, puede tener apenas cierta proporción de buenas reseñas o será vista como nada más que una publicación inflada) es enfocada asignando equivocadamente a tipos literarios pequeños, determinados, la mayor parte de las buenas novelas medias, que reciben entonces un tratamiento insidioso o el rechazo.
BIOGRAFÍA DE NORMAN MAILER
Norman Kingsley Mailer (Long Branch, Nueva Jersey, 31 de enero de 1923-Nueva York, 10 de noviembre de 2007), fue un escritor, novelista, periodista, ensayista, dramaturgo, cineasta, actor y activista político estadounidense. Junto con Truman Capote, está considerado el gran innovador del periodismo literario.
Nació en una familia judía. Se crio en Brooklyn, Nueva York, y en 1939 comenzó sus estudios de ingeniería aeronáutica en la Universidad de Harvard. Allí empezó a interesarse por la escritura y publicó su primer relato a los 18 años.
Vivió sus últimos tiempos en Provincetown, Massachusetts. Murió a los 84 años como consecuencia de una insuficiencia renal.
Vida familiar
Se casó seis veces. Su último matrimonio, fue en 1980, con Norris Church, y tuvo nueve hijos en total.
En 1960, hirió a su segunda mujer Adele Morales al apuñalarla con un cortaplumas durante una fiesta.
Escribió su último libro, The Big Empty, en colaboración con su hijo John Buffalo Mailer. (Siga leyendo en Wikipedia)
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